Las derivaciones del valija-gate y las combativas declaraciones de Moyano pusieron fin rápidamente a lo que debía haber sido el comienzo de la luna de miel. A Moyano lo dejamos para otro posteo. Vamos por la valija (bueno mejor dicho por el valija-gate, que por la valija iría dado que la guita de Chávez me vendría de perlas para las más que merecidas vacaciones que me tocarán en breve). Varias consideraciones sobre este tema.
Indudablemente el dinero portado por Antonini Wilson iba para financiar algún gasto de campaña de alguien cercano al oficialismo. Me cuesta creer que fuera para la campaña de Cristina. Es decir, a nadie escapa, que el bolsillo generoso del Comandante Hugo Chávez ha buscado influir sobre varias elecciones presidenciales en la región. Dicho esto, cabe reflexionar sobre lo siguiente:
i) Cristina llevaba una clara delantera sobre cualquiera de sus opositores;
ii) 800.000 verdes son aprox. 2.5 millones de pesos, lo cual es una suma irrisoria para los recursos con los que contó la saliente administración Kirchner. Y por eso, ¿vale la pena exponerse a tanto por tan poco? Me suena más que la guita iba para financiar a organizaciones piqueteras afines al comandante antes que a Cristina. En la misma línea, Cristina detesta a los pingüinos y siendo así, iba a dejar tan delicado asunto en manos de un mequetrefe como Uberti que reportaba a De Vido. Sabido es que no soy ni seré kirchnerista, pero pongamos las cosas en su lugar.
iii) En Estados Unidos parece causar mucho escándalo que Chávez ponga plata para campañas presidenciales en otros países. Muchachos de Washington, ¿que hay de ustedes? O acaso no financiaron la campaña de Frei en Chile en 1964 o la de Violeta Chamorro en Nicaragua en 1990? A mí definitivamente me simpatizan más Frei y Chamorro que Chávez, Ollanta Humala, Correa y demás, pero así y todo, el tema no es que esté bien financiar a los que te gustan, lo que está mal es tratar de influir sobre un proceso democrático de otro país. Y para el caso, no se rasguen las vestiduras, que no solo financiaron campañas, sino también golpes militares.
iv) El timing es sospechoso. Suena a una devolución de atenciones, a un intento de condicionar las relaciones entre Argentina y Venezuela a poco de asumir Cristina. No me simpatiza la presidenta, no me simpatiza Chávez, pero tampoco me simpatizan las burdas operetas de los gringos que se creen más vivos que lo que realmente son. La torpeza del fiscal que da a conocer esta información es comparable a la del idiota útil de Perón que fue Spruille Braden. Lo único que han conseguido es alimentar la peor pasión que se agita en el fondo del corazón del fascista que cada argentino lleva adentro: el más rancio nacionalismo. Shannon es más piola que el resto, pero se ve que hacen falta muchos Shannons en la administración Bush. Si buscaban distanciar a Cristina de Chávez, lograron lo contrario, probando nuevamente la torpeza con la que Washington se mueve en la región, digna de un elefante en un bazar.
v) El tema es no obstante muy grave, y debería investigarse hasta las últimas consecuencias. Sea el timing sospechoso, sea el dogo Antonini un mafioso, lo cierto es que un venezolano que viajaba en un avión oficial del gobierno argentino quiso entrar 800.000 verdes a nuestro país quien sabe con que fines, viajando con uno de los esbirros del cajero Julio De Vido. La explicación del gobierno (como la de Felisa Miceli en el bolsa gate) no es convincente y, no se si el pueblo, pero a mí me interesaría saber de que se trata.
Buenas noches y buena suerte.