domingo, mayo 30, 2010

Más sobre la historia y el bicentenario

Con motivo de los festejos del bicentenario he visto que ya en varias oportunidades se lo reivindica a Rosas como uno de los grandes próceres latinoamericanos. No pretendo caer en la típica invectiva de la historiografía liberal contra Rosas, una figura bastante polémica por cierto. Lo que realmente me cuesta entender es estar reivindicación por parte de un gobierno que se dice progresista. Entiendo que algunos simpatizan con el "Restaurador" de las leyes por su enfrentamiento a Gran Bretaña y Francia, por su resistencia al bloqueo puesto en marcha por estas potencias lo cual le mereció que San Martín le enviara su famoso sable corvo. Entre la gente de derecha nacionalista y tradicionalista no me sorprende la admiración por Rosas, pero en un gobierno que se dice progresista me deja perplejo. Rosas fue un conservador en lo social, partidario de una sociedad sin ningún tipo de movilidad. Es cierto que mostró preocupación por la situación de la población afroamericana. Con respecto a los indios, su papel es ambiguo. Pero estamos hablando de un gobernante autoritario, que gobernaba claramente en favor de su sector: los terratenientes de la provincia de Buenos Aires. La biografía de Rosas escrita por John Lynch muestra el más que generoso reparto de tierras durante su gestión, pero no en un sentido progresista, sino en el sentido más regresivo posible. Rosas claramente favoreció la concentración de la tierra y el surgimiento del latifundio. Rosas privilegió los intereses de la provincia de Buenos Aires por sobre los del interior y la defensa cerrada de las rentas de la Aduana (o porque si no se oponía a la libre navegabilidad de los ríos interiores). La oposición a su gobierno no provino solo de los unitarios "vendepatrias y afrancesados" en la versión que se quiere instalar de la historia, sino de los propios federales, como el "Chacho" Ángel Vicente Peñaloza o Felipe Varela, quienes se opusieron y pelearon contra Rosas, y que luego de Caseros, cuando se rebelaban contra Mitre comparaban su resistencia al gobierno nacional con la que habían ejercido contra Rosas.

Estamos hablando de un conservador de pura cepa, con algunos rasgos de lo que hoy podríamos llamar populista, pero que está claro que no estaba a favor de ningún tipo de igualdad. De hecho, era un claro defensor de una íntima relación entre la Iglesia y el Estado, lo cual no le impidió tener problemas con el Papado por la cuestión del patronato.

A la luz de todo esto, salvo por una reacción contra la historiografía liberal (algo de lo que ya se encargó el revisionismo una cuantas décadas atrás) no entiendo este renovado fervor rosista de parte de una administración que pretende llevar adelante las banderas del progresismo.

sábado, mayo 29, 2010

Busco mi destino (In Memoriam Dennis Hopper)

Con ese nombre se conoció en Argentina la película "Easy Rider" dirigida y co-escrita por Dennis Hopper y en la que también actuaban Peter Fonda y Jack Nicholson. Acabo de leer que como les gusta decir a los diarios "tras una larga enfermedad" murió Dennis Hopper. Lo recuerdo con Easy Rider aunque también tuvo participación en muchísimas otras películas. Por nombrar alguna, Apocalypse Now, donde hace el papel del fotógrafo que está deslumbrado por el Coronel Kurtz que personifica Marlon Brando.

La referencia obvia de Easy Rider es el tema de Steppenwolf "Born to be wild", la canción que sobresale en la banda sonora de la película. Sin embargo, yendo más allá de ese tema, el resto de la banda sonora era increíble. Como por ejemplo esta versión de The Weight, originalmente un tema de The Band, ejecutado para la película por Smith.

lunes, mayo 24, 2010

Lo prometido es deuda

Dije a que iba a postear algo sobre el bicentenario y cumplo. Voy a evitar los rodeos. El bicentenario me produce sensaciones encontradas. No se aun si estamos festejando el mero paso del tiempo o si estamos festejando los logros obtenidos en estos 200 años desde que comenzó el proceso de separación de España. Si fuera lo primero me viene la anécdota de la muerte de la madre de Borges, quien murió poco antes de cumplir 100 años. Alguien le comentó a Borges que era una pena que por tan poco no hubiera llegado al siglo de vida y Borges respondió que tal vez su interlocutora sobreestimaba las virtudes del sistema decimal. Bueno, cumplir 200 es tan bueno como 201 si vivir es durar. Sin embargo, como bien decía Eladia Blázquez "eso de de durar y transcurrir no nos da derecho a presumir, porque no es lo mismo que vivir, honrar la vida".

Entonces la vara para decidir si hay algo que festejar son los logros obtenidos. Sin duda los hay. Escritores de la talla de Borges, Bioy, Sábato, Arlt, Cortázar por mecionar algunos figuran entre los logros de estos 200 años. Los premios nóbel en ciencias duras como Houssay, Leloir y Milstein también. Pero creo que sobre todo el mayor logro radica en lo que produjo a Borges, Bioy, Sábato, Arlt, Leloir y Milstein por citar solo a algunos. Y eso, lamentablemente, creo que lo asocio al primer centenario. Aquel en el que se festejaba haber pasado de ser un país despoblado y anárquico, fragmentado al extremo, sin una población educada, a uno donde había un sistema educativo en pie, donde se había producido una notable transformación económica y donde tras décadas de luchas fraticidas, al menos había un esbozo de estado en el sentido moderno. La historiografía revisionista y la tradición de la izquierda nacional puede con justicia criticar las atrocidades de la "pacificación" que los "liberales" operaron tras la batalla de Pavón, el sometimiento del indio, y también el hecho que durante el primer centenario la constitución era burlada por el fraude conservador, que había leyes horribles como la tristemente célebre Ley de Residencia y que había presos políticos. Es cierto, pero así y todo, incluso para los "perdedores" de la República Oligárquica había una perspectiva de progreso, la idea de una sociedad con movilidad ascendente. La a veces tan vituperada generación del 80 dejó en pie un estado nacional, un sistema educativo integrado y que posibilitaba la movilidad social ascendente y la integración de los hijos de los inmigrantes, la universidad pública y demás.

Este segundo centenario me deja un sabor agridulce en la boca. Me parece que el sesquicentenario permitía mayores motivos de alegría. El peronismo había incorporado a la clase obrera y más allá de las fracturas en materia institucional éramos todavía una sociedad muchísimo más igualitaria con una movilidad social ascendente. Hace unos 40 años dejamos de serlo, y sí los últimos 27 años nos dejan como elemento alentador la recuperación democrática, no nos engañemos, es una democracia institucionalmente renga y que encima no mejora las condiciones de vida de nuestros habitantes. Es mejor que lo anterior obviamente, pero también deberíamos ser honestos, el punto de comparación es muy bajo. Es difícil ganarle a los hijosdeputa de la dictadura. Hacer mierda la economía, hiperendeudar al país y no conforme con eso torturar y matar del modo en el que lo hicieron, es algo difícil de encontrar en nuestra historia. Volviendo al bicentenario, la comparación con el otro centenario es ineludible y creo que el otro, con sus presos anarquistas y sus leyes anti-obreras era mejor, porque ofrecía una perspectiva de progreso. Porque el sistema educativo no era un desastre, porque la posibilidad de mejorar era tangible, porque la creencia en que los hijos vivirían mejor que los padres era una realidad. Tal vez porque había mucho por hacer, y muchos creían que era posible hacerlo, luchando por ello, como los radicales lo hicieron por el voto transparente, como lo hicieron los socialistas y los sindicatos por la mejora en las condiciones de la clase obrera, tarea a la que se abocó el peronismo. Hoy a mi juicio no se ve nada de eso...Los 40 años pasados no invitan al optimismo. La calidad de la dirigencia -no sólo política- no hace pensar que estemos en el camino de revertir casi medio siglo de decadencia, sino que más bien nos movemos espasmódicamente "bailando los ritmos de moda" como en la canción de Serú. Somos menos igualitarios que hace medio siglo y mal que le pese a las tasas chinas, no hay indicios de que estemos yendo en dirección de corregir las terribles inequidades en la distribución del ingreso, más allá del cacareo kirchnerista. El sistema educativo, a la luz de lo que se aprecia de alguien que trabaja con quienes salen de la secundaria, es horrible y cada año peor. De hecho es una máquina de reproducir desigualdades sociales y regionales.

Dicho esto, y con ánimo de no deprimir a los pocos que lean este posteo, propongo un ejercicio. Es algo subjetivo, y es obviamente materia opinable, pero si uno se paraba en 1850 y evaluaba los 40 años anteriores poco había para festejar: país anárquico con 30 años de guerra civil, 14 jurisdicciones con 14 señores feudales, país despoblado, ausencia de industrias, país conservador...Y 3 años después, Caseros, la Constitución de 1853, la formación del estado nacional, el fomento a la inmigración, la ley 1420, y así hasta llegar al primer centenario. Así que quien sabe?

Deformaciones históricas...

El bicentenario ha acentuado la propensión de los intelectuales orgánicos del gobierno a presentarnos una versión de la historia acomodada al discurso oficial. Estamos en presencia de una versión "apignada" de la historia, en donde básicamente se nos cuenta como desde nuestros inicios como nación una elite codiciosa jode sistemáticamente al sector popular y donde quienes buscan favorecer al sector popular son eliminados por esos grupos concentrados. Esta versión que se amolda bien a la línea que se quiere bajar desde el gobierno oculta tendenciosamente hechos o aspectos clave de la historia. El modo en que se trata la Revolución de Mayo es un buen ejemplo.

Así, estamos asistiendo a una "morenización" de la Revolución de Mayo, un viejo caballito de batalla de cierta intelectualidad de izquierda donde Moreno es la figura central. Su misteriosa muerte, las palabras de Saavedra sugiriendo su envenenamiento, la convicción de su hermano acerca de ello, el Plan de Operaciones (cuya autenticidad sigue estándo en duda) son los elementos resaltados por esta historiografía morenista.

Lamentablemente la historia es menos simple y en realidad en las jornadas de mayo de 1810 tuvieron un rol mucho más destacado Saavedra, Castelli y Paso. Saavedra porque era quien tenía tropas a cargo y con ello la capacadidad de presionar a Cisneros a que renunciara luego del anuncio de la primera junta, la cual lo tenía como presidente.

Castelli y Paso fueron quienes en las sesiones del cabildo abierto presentaron los argumentos más fuertes a favor de la destitución del virrey y la conformación de un gobierno propio mientras el trono españo estuviera vacante. Castelli, apelando a la doctrina del pacto de la neoescolástica española; Paso, sosteniendo que Buenos Aires, como hermana mayor de las demás provincias del virreinato tenía la capacidad para actuar como lo estaba haciendo.

Moreno fue incluido en la Junta (en la práctica la segunda Junta) debido a su vínculo con el grupo de Martín de Álzaga, influyente comerciante, ex alcalde de primer voto y figura destacada durante las invasiones inglesas. El verdadero jacobino, si la izquierda quiere buscar a uno, era Castelli, responsable del fusilamiento de Liniers en Cabeza de Tigre y decididamente anti-clerical.

Con esto no hay ninguna pretensión de ningunear a Mariano Moreno. Todo lo contrario. De hecho, muchas veces se nos presenta su asesinato y su jacobinismo, pero nada se dice del hecho de que era él quien había solicitado al Virrey Cisneros la apertura del comercio con Inglaterra en representación de los hacendados. Es decir que, le guste o no le guste a la izquierda nacional y popular, Moreno trabajaba para terratenientes y era partidario del libre comercio. Tan contradictoria y poco lineal es la historia que justamente el heredero de las ideas de Moreno fue Rivadavia, una figura despreciable para la historiografía "apignada".

Saavedra, por otro lado, es la figura enojosa para esta interpretación de la historia. Era militar y estaba enfrentado a Moreno. Eso ya alcanza para tornarlo un villano. En realidad, la figura de Saavedra es molesta para esta historiografía porque se trataba de un hombre fuerte militar, conservador, y cuya base de apoyo eran los habitantes de los suburbios de Buenos Aires y de la campaña. El constituency de Saavedra, le guste o no a los Nac&Pop es el mismo que el de Dorrego años más tarde. Y de hecho, la pueblada del 5 y 6 de abril de 1811, cuyo objetivo declarado era expulsar de la Junta Grande a los elementos morenistas, es el único componente abiertamente popular, del proceso iniciado en Mayo de 1810, que es justo reconocerlo, tenías más que ver con el interés de los comerciantes de Buenos Aires de sacarse de encima el monopolio comercial español y de poner en pie de igualdad a criollos y peninsulares, antes que hacer una revolución social.

No deja de ser irónico que justamente Moreno, Castelli y Belgrano encuentran mucho más continuidad en lo que después será el bando unitario, mientras que Saavedra (tan vilipendiado por la historiografía morenista) la encuentra en el partido federal. Los primeros progresistas, "afrancesados" si se quiere, partidarios del libre comercio, con base en los comerciantes de Buenos Aires, y el segundo conservador y con un constituency más "popular".

La versión edulcorada de la historia que uno recibía en la primaria y secundaria podía ser simplista, pero este relato que se está construyendo sobre la base de una partitura espantosa de un más espantoso Felipe Pigna (un plagiador serial crónico que no se digna en chequear las fuentes de lo que sus equipos de investigación escriben) es horrible. Muchas veces lo quieren poner a Pigna a la altura de Félix Luna, en el sentido de que ambos fueron divulgadores de la historia. Nada puede ser más injusto con Luna, quien tal vez no sería el mejor de los historiadores pero era sin duda alguien con mucho más respeto por la historia y sin interés en hacer bajadas de línea, sino en lograr que genuinamente hubiera un mayor conocimiento de nuestra historia.

Para mañana prometo descargarme sobre el Bicentenario...

domingo, mayo 16, 2010

Uno sobre política local

En la Argentina rara vez se castiga a los culpables, pero casi siempre a los pelotudos. El caso de las escuchas ilegales en la ciudad de Buenos Aires sería un ejemplo más de una larga lista. Ante todo unas advertencias preliminares: no soy militante del PRO y si bien voté a Macri una sola vez (segunda vuelta del 2007) lo hice con bastante reticencia y como un mal menor (en la primera vuelta había votado a Telerman). En segundo lugar, de ninguna manera estoy de acuerdo con una intromisión ilegal en la vida privada de las personas, y en tercer lugar, no planteo con este posteo aligerar las responsabilidades que Mauricio Macri haya podido tener en el armado de una red de escuchas ilegales, de lo que lo acusa el juez Norberto "Espartacus" Oyarbide.

Paso a paso. Por qué digo que rara vez se castiga a los culpables y siempre a los pelotudos. Sencillo: Enrique Olivera fue vícticma en 2005 de una burda operación de prensa montada por un indigno hijo de Alfredo Bravo, operación de prensa que rindió sus frutos: la opinión pública castigó a Olivera por un hecho que no había cometido. En 2007, dos dirigentes muy disímiles, Telerman y Blumberg recibieron el látigo de la opinión pública por un pecado menor: decir que tenían un título universitario del cual carecían. Tal vez había mejores motivos para que la opinión pública les diera la espalda. Pero convengamos que en el caso de Blumberg la opinión pública no le retiró el apoyo por sus imprudencias verbales, ni por el apoyo a medidas penales represivas, sino tan solo por decir que era ingeniero cuando no lo era. Que la mentira es algo grave no lo dudo, es más, es algo perverso mentir. Pero es evidente que la opinión pública maneja un doble estándar respecto de las mentiras. Las mentirijillas (salve Oh! Ned Flanders!)son duramente castigadas. Las mentiras con M mayúscula no. Y qué tiene que ver esto con Macri?

A Macri se lo acusa de armar una red de escuchas ilegales. Es un hecho terrible ciertamente, pero no excepcional. Cómo es que los progres se horrorizan tanto por descubrir que el jefe de gobierno de la ciudad hizo esto (un tribunal oral suponemos en última instancia decidirá si Macri es o no es culpable de lo que se lo acusa) pero ni mosquean frente al hecho de que las escuchas son parte cotidiana de la vida política. El uso de la SI (ex SIDE) por parte de éste gobierno (como también lo hicieron los anteriores) es pavoroso. Si Nixon hubiera sido presidente de Argentina, Watergate sería sólo una anécdota o un motivo de risa. Fuentes bien informadas sostienen que el uso de la SI va más allá de las escuchas. El año pasado, durante los feriados de Semana Santa, la explosión de un caño dejó sin agua corriente a Mar del Plata. Gente vinculada a lo que llamaremos el "sub-mundo" sostiene que la SI estuvo detrás de eso para apurar la definición del intendente vecinalista de La Feliz, Gustavo Pulti, quien por entonces dudaba en ir como candidato testimonial del FPV.

Que Macri escuche ilegalmente genera escándalo, que el gobierno haga uso y abuso de la SI, no. Las mentiras de Blumberg y Telerman son dignas de la condena de la más horrible moralina burguesa, pero la mentira mes a mes del INDEC, muchísimo más grave, no parece escandalizar tanto, o al menos parece que nos hemos acostumbrado. Se podría dar el absurdo de que algún pelagatos que evada un año de pago del monotributo tenga que ir a la justicia, mientras el matrimonio presidencial es absuelto por el juez Espartacus en la causa por enriquecimiento ilícito.

Así y todo, mi intuición es que salvo que el gobierno quiera inflar a Macri como candidato, como para poder contender con la centro derecha en el 2011, es contraproducente el avance de Oyarbide sobre el jefe de gobierno porteño. Por una vez, Macri (o sus asesores) han sido lo suficientemente inteligentes como para plantear una acción comunicacional eficaz presentando a Macri como una víctima de un juez corrupto que unos pocos meses atrás en un breve trámite avaló el impresionante crecimiento patrimonial de los K. Macri se ha convertido en un David que pelea contra Goliat, y si bien la opinión pública castiga a los boludos, simpatiza con los débiles que encaran peleas quijotescas. En este caso, Macri es el David que debe lidiar contra un gobierno que le retacea recursos y que encima, por aspirar a ser presidente, lo acosa utilizando a un juez de dudoso prestigio. El relato es perfecto. Macri podrá victimizarse como lo está haciendo, y hasta quizás vea como el mes que viene su imagen mejora en las encuestas.

miércoles, mayo 12, 2010

El meneado Artículo IV

De acuerdo al Convenio Constitutivo del FMI, sus miembros deben realizar periódicamente lo que se conoce como revisión o consulta Artículo IV. Ello es un procedimiento de rutina cuyo único objeto es que el FMI analice la situación económica de sus miembros. La mecánica es sencilla: una misión del Fondo viaja al país en cuestión, se reune con funcionarios del Ministerio de Economía y del Banco Central, con analistas privados y recaba información. Luego vuelve a Washington y redacta un documento que es discutido por el Directorio Ejecutivo del organismo. El país auditado puede realizar su descargo e incluso puede decidir si autoriza la publicación del informe completo. La realización de esta consulta no implica ningún tipo de desembolso de recursos, ni tampoco de condicionalidades.

Así y todo, la Argentina incumple con su compromiso de realizar el Artículo IV desde 2006. El ministro Boudou sostiene que ello responde a que la Argentina no está dispuesta a aceptar, como en el pasado, condicionamientos. Descartamos de plano que el ministro sea un ignorante en esta materia y más bien deberíamos pensar que hay otros motivos que impiden o condicionan la realización del Artículo IV, y ellos no se deben ser buscados en el FMI. Es evidente que si el FMI no va a desembolsar recursos en la Argentina, no hay condicionamiento alguno. De hecho, las condicionalidades de las que habla el ministro, controvertidas y polémicas es cierto, sólo están presentes cuando un país solicita un programa de asistencia financiera, algo que no ha hecho la Argentina.

La condicionalidad es justamente un intercambio de recursos para el país receptor, a cambio de la implementación de una serie de reformas y metas negociadas entre éste y el Fondo. Nada de eso está en juego hoy. Para la audiencia local es lógico presentar el cuentito del Fondo demoníaco queriendo atentar contra el modelo nacional y popular. Sin embargo, ésta vez no es cierto. Quedará al próximo gobierno normalizar el vínculo con el FMI. Desde ya que es evidente que si los Kirchner son sucedidos por un candidato de la oposición y este se aboca a recomponer relaciones con el FMI, ello lo tornará blanco fácil del kirchnerismo residual.

Volviendo al tema original, sorprende un poco que nadie en la oposición o desde la prensa haya puesto en evidencia algo tan sencillo. ¿No sería hora tal vez de preguntarle al ministro Boudou por los condicionamientos del FMI en la actualidad? La respuesta es previsible: apuntará a la traumática relación pasada con el organismo. Pero así y todo, ¿qué condicionamientos hubo de parte del FMI en las últimas asambleas de organismos de Bretton Woods a las que asistió el ministro? ¿qué condicionamientos hubo en las reuniones del G20 de parte del FMI? Y si hubo condicionamientos ¿qué es lo que íbamos a recibir a cambio?

viernes, mayo 07, 2010

Será esta vez diferente?

Rogoff y Reinhart titularon su estudio sobre defaults "Esta vez es diferente". La razón del título es simple: en el preludio de cada crisis financiera hubo quienes argumentaron en forma optimista que no había nada que temer debido a que, a comparación con crisis pasadas, esta vez había razones para confiar en que no nos encontrábamos a las puertas de una nueva crisis. Ejemplos sobran. Previo a la crisis argentina de 2001 se destacaba como un factor positivo la extranjerización de la banca local, lo que sería un reaseguro en caso de una corrida bancaria, dado que en ausencia de un prestamista de último recurso (función que el BCRA no podía cumplir bajo la convertibilidad) las casas matrices de los bancos extranjeros responderían por sus filiales locales. Cuando uno puntualizaba que la Argentina tenía un importante déficit en la cuenta corriente el argumento era ahora que a)no era un problema ya que lo financiaban las grandes entradas de capital; b) el déficit en la balanza comercial estaba explicado mayormente por importaciones de bienes de capital lo cual redundaría en un mayor crecimiento, etc.

Previo a la crisis de la deuda de 1982, el argumento era que los países latinoamericanos eran exportadores de commodities con precios elevados y que ello los blindaba. En los 90, que las crisis financieras, a diferencia de los 70-80 no serían tan graves debido a que no afectarían a los bancos, sino que la deuda estaba repartida en bonos. Antes de la mini-crisis de las puntocom el argumento de moda era decir que la nueva economía había tornado obsoletos los criterios tradicionales.

Es interesante destacar que Reinhart y Rogoff incluyen la alta inflación como un caso de "default encubierto". Y esto me lleva a reflexionar sobre la Argentina. Si hay algún mérito que uno puede destacar de la primera administración Kirchner es definitivamente la agresiva renegociación de la deuda. El legado de esta es incomparable con cualquier otra cosa que haya hecho el kirchnerismo. Básicamente, implica una carga de deuda liviana, problema que en el pasado fue un verdadero dolor de cabeza para sucesivas administraciones. Así y todo, esta oportunidad parece estar desperdiciándose. Estamos de vuelta ante el síndrome de "esta vez es diferente".

Ortodoxos y heterodoxos coinciden en que la política económica actual (si es que se la puede calificar como política) es insostenible en el mediano plazo. Es decir, la combinación de gasto creciendo bien por encima de los ingresos, con una política monetaria expansiva y una política de ingresos más expansiva, en el contexto de una inflación que como piso tiene un 13% (y eso fue en un año de caída del PBI) no se sostiene en el tiempo. Hoy el dólar planchado y la ausencia de alternativas atractivas de inversión generan el boom de consumo que estamos viviendo. Sin embargo, ese dólar planchado combinado con la inflación pasada y la actual (que los más optimistas calculan estará entre el 20 y 25% este año) come competitividad no tanto de nuestros exportadores beneficiados por precios internacionales altos, sino de la industria local. La solución del gobierno no es novedosa: administrar precios y limitar importaciones, haciendo el cóctel inflacionario aun más inconsistente. La apreciación del peso tarde o temprano terminará o en más importaciones, reduciendo el superávit comercial, o en un proteccionismo absolutamente ilegal (la decisión de apelar a los métodos informales de Moreno responde a la necesidad de evitar una condena por parte de quienes venden a la Argentina y que podrían plantear una demanda ante la OMC o sencillamente retaliar, como hizo China recientemente). El otro elemento del combo es el congelamiento tarifario que lleva diez años y que implica un generoso subsidio a sectores pudientes. Sin embargo, esta vez es diferente. No hay inflación, hay reacomodamiento de precios. Esta vez es diferente, en la muerta hay estabilidad de precios. Esta vez es diferente. Miren si no lo que ocurre en Grecia. En fin, si el mensaje no quedo claro, se los digo nuevamente, esta vez es diferente y estas políticas kirchneristas revolucionarán la ciencia económica hasta desplazar la Teoría General de Keynes.

miércoles, mayo 05, 2010

Otra perlita más sobre Grecia...

Escribe hoy en Ámbito Financiero el economista Enrique Szewach:
"la «condicionalidad» del financiamiento nuevo, lejos de ser para suavizar el problema, es sólo para que los bancos europeos reduzcan su exposición, y se evite el contagio hacia el resto de los mediterráneos"

Traducido al idioma de Doña Rosa esto quiere decir que el blindaje que le dan a Grecia es solamente una medida para darle tiempo a los bancos europeos de que se deshagan de sus títulos griegos para que una vez que ello ocurra, Grecia vaya al default y los bancos hoy sobre-expuestos a la deuda griega hayan para entonces limpiado sus carteras de bonos basura.

Mantengo mi opinión: no es sostenible políticamente bajar el déficit fiscal de 12 a 3% del PBI y algo de eso se ve en las protestas que ya genera el ajuste griego. El gobierno griego debe dejar de correr atrás de los mercados y aceptar la dura realidad de que tarde o temprano (y la experiencia argentina muestra que mejor hacerlo temprano en vez de perder vidas humanas y recursos) deberá reestructurar su deuda.
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