viernes, mayo 07, 2010

Será esta vez diferente?

Rogoff y Reinhart titularon su estudio sobre defaults "Esta vez es diferente". La razón del título es simple: en el preludio de cada crisis financiera hubo quienes argumentaron en forma optimista que no había nada que temer debido a que, a comparación con crisis pasadas, esta vez había razones para confiar en que no nos encontrábamos a las puertas de una nueva crisis. Ejemplos sobran. Previo a la crisis argentina de 2001 se destacaba como un factor positivo la extranjerización de la banca local, lo que sería un reaseguro en caso de una corrida bancaria, dado que en ausencia de un prestamista de último recurso (función que el BCRA no podía cumplir bajo la convertibilidad) las casas matrices de los bancos extranjeros responderían por sus filiales locales. Cuando uno puntualizaba que la Argentina tenía un importante déficit en la cuenta corriente el argumento era ahora que a)no era un problema ya que lo financiaban las grandes entradas de capital; b) el déficit en la balanza comercial estaba explicado mayormente por importaciones de bienes de capital lo cual redundaría en un mayor crecimiento, etc.

Previo a la crisis de la deuda de 1982, el argumento era que los países latinoamericanos eran exportadores de commodities con precios elevados y que ello los blindaba. En los 90, que las crisis financieras, a diferencia de los 70-80 no serían tan graves debido a que no afectarían a los bancos, sino que la deuda estaba repartida en bonos. Antes de la mini-crisis de las puntocom el argumento de moda era decir que la nueva economía había tornado obsoletos los criterios tradicionales.

Es interesante destacar que Reinhart y Rogoff incluyen la alta inflación como un caso de "default encubierto". Y esto me lleva a reflexionar sobre la Argentina. Si hay algún mérito que uno puede destacar de la primera administración Kirchner es definitivamente la agresiva renegociación de la deuda. El legado de esta es incomparable con cualquier otra cosa que haya hecho el kirchnerismo. Básicamente, implica una carga de deuda liviana, problema que en el pasado fue un verdadero dolor de cabeza para sucesivas administraciones. Así y todo, esta oportunidad parece estar desperdiciándose. Estamos de vuelta ante el síndrome de "esta vez es diferente".

Ortodoxos y heterodoxos coinciden en que la política económica actual (si es que se la puede calificar como política) es insostenible en el mediano plazo. Es decir, la combinación de gasto creciendo bien por encima de los ingresos, con una política monetaria expansiva y una política de ingresos más expansiva, en el contexto de una inflación que como piso tiene un 13% (y eso fue en un año de caída del PBI) no se sostiene en el tiempo. Hoy el dólar planchado y la ausencia de alternativas atractivas de inversión generan el boom de consumo que estamos viviendo. Sin embargo, ese dólar planchado combinado con la inflación pasada y la actual (que los más optimistas calculan estará entre el 20 y 25% este año) come competitividad no tanto de nuestros exportadores beneficiados por precios internacionales altos, sino de la industria local. La solución del gobierno no es novedosa: administrar precios y limitar importaciones, haciendo el cóctel inflacionario aun más inconsistente. La apreciación del peso tarde o temprano terminará o en más importaciones, reduciendo el superávit comercial, o en un proteccionismo absolutamente ilegal (la decisión de apelar a los métodos informales de Moreno responde a la necesidad de evitar una condena por parte de quienes venden a la Argentina y que podrían plantear una demanda ante la OMC o sencillamente retaliar, como hizo China recientemente). El otro elemento del combo es el congelamiento tarifario que lleva diez años y que implica un generoso subsidio a sectores pudientes. Sin embargo, esta vez es diferente. No hay inflación, hay reacomodamiento de precios. Esta vez es diferente, en la muerta hay estabilidad de precios. Esta vez es diferente. Miren si no lo que ocurre en Grecia. En fin, si el mensaje no quedo claro, se los digo nuevamente, esta vez es diferente y estas políticas kirchneristas revolucionarán la ciencia económica hasta desplazar la Teoría General de Keynes.

3 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Felicitaciones por la amplificación en la edición dominical de la tribuna de doctrina. Aunque lo habíamos conversado el viernes, fue bueno verlo en tinta!

2:22 a. m.  
Blogger Pedro Cifuentes said...

En todas partes cuecen habas, Tribuno. En España, el Gobierno llevaba meses viendo "brotes verdes" (y no parecían referirse a sus pipas). Ahora llevamos 36 horas de estupor colectivo.
Abrazos

2:56 p. m.  
Blogger Zabalita said...

Cifuentes, que alegría verlo por estos pagos! Honestamente no se que solución tiene todo este problema, pero entiendo que dificilmente semejante ajuste constituya solución alguna.

7:13 p. m.  

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