Lo prometido es deuda
Dije a que iba a postear algo sobre el bicentenario y cumplo. Voy a evitar los rodeos. El bicentenario me produce sensaciones encontradas. No se aun si estamos festejando el mero paso del tiempo o si estamos festejando los logros obtenidos en estos 200 años desde que comenzó el proceso de separación de España. Si fuera lo primero me viene la anécdota de la muerte de la madre de Borges, quien murió poco antes de cumplir 100 años. Alguien le comentó a Borges que era una pena que por tan poco no hubiera llegado al siglo de vida y Borges respondió que tal vez su interlocutora sobreestimaba las virtudes del sistema decimal. Bueno, cumplir 200 es tan bueno como 201 si vivir es durar. Sin embargo, como bien decía Eladia Blázquez "eso de de durar y transcurrir no nos da derecho a presumir, porque no es lo mismo que vivir, honrar la vida".
Entonces la vara para decidir si hay algo que festejar son los logros obtenidos. Sin duda los hay. Escritores de la talla de Borges, Bioy, Sábato, Arlt, Cortázar por mecionar algunos figuran entre los logros de estos 200 años. Los premios nóbel en ciencias duras como Houssay, Leloir y Milstein también. Pero creo que sobre todo el mayor logro radica en lo que produjo a Borges, Bioy, Sábato, Arlt, Leloir y Milstein por citar solo a algunos. Y eso, lamentablemente, creo que lo asocio al primer centenario. Aquel en el que se festejaba haber pasado de ser un país despoblado y anárquico, fragmentado al extremo, sin una población educada, a uno donde había un sistema educativo en pie, donde se había producido una notable transformación económica y donde tras décadas de luchas fraticidas, al menos había un esbozo de estado en el sentido moderno. La historiografía revisionista y la tradición de la izquierda nacional puede con justicia criticar las atrocidades de la "pacificación" que los "liberales" operaron tras la batalla de Pavón, el sometimiento del indio, y también el hecho que durante el primer centenario la constitución era burlada por el fraude conservador, que había leyes horribles como la tristemente célebre Ley de Residencia y que había presos políticos. Es cierto, pero así y todo, incluso para los "perdedores" de la República Oligárquica había una perspectiva de progreso, la idea de una sociedad con movilidad ascendente. La a veces tan vituperada generación del 80 dejó en pie un estado nacional, un sistema educativo integrado y que posibilitaba la movilidad social ascendente y la integración de los hijos de los inmigrantes, la universidad pública y demás.
Este segundo centenario me deja un sabor agridulce en la boca. Me parece que el sesquicentenario permitía mayores motivos de alegría. El peronismo había incorporado a la clase obrera y más allá de las fracturas en materia institucional éramos todavía una sociedad muchísimo más igualitaria con una movilidad social ascendente. Hace unos 40 años dejamos de serlo, y sí los últimos 27 años nos dejan como elemento alentador la recuperación democrática, no nos engañemos, es una democracia institucionalmente renga y que encima no mejora las condiciones de vida de nuestros habitantes. Es mejor que lo anterior obviamente, pero también deberíamos ser honestos, el punto de comparación es muy bajo. Es difícil ganarle a los hijosdeputa de la dictadura. Hacer mierda la economía, hiperendeudar al país y no conforme con eso torturar y matar del modo en el que lo hicieron, es algo difícil de encontrar en nuestra historia. Volviendo al bicentenario, la comparación con el otro centenario es ineludible y creo que el otro, con sus presos anarquistas y sus leyes anti-obreras era mejor, porque ofrecía una perspectiva de progreso. Porque el sistema educativo no era un desastre, porque la posibilidad de mejorar era tangible, porque la creencia en que los hijos vivirían mejor que los padres era una realidad. Tal vez porque había mucho por hacer, y muchos creían que era posible hacerlo, luchando por ello, como los radicales lo hicieron por el voto transparente, como lo hicieron los socialistas y los sindicatos por la mejora en las condiciones de la clase obrera, tarea a la que se abocó el peronismo. Hoy a mi juicio no se ve nada de eso...Los 40 años pasados no invitan al optimismo. La calidad de la dirigencia -no sólo política- no hace pensar que estemos en el camino de revertir casi medio siglo de decadencia, sino que más bien nos movemos espasmódicamente "bailando los ritmos de moda" como en la canción de Serú. Somos menos igualitarios que hace medio siglo y mal que le pese a las tasas chinas, no hay indicios de que estemos yendo en dirección de corregir las terribles inequidades en la distribución del ingreso, más allá del cacareo kirchnerista. El sistema educativo, a la luz de lo que se aprecia de alguien que trabaja con quienes salen de la secundaria, es horrible y cada año peor. De hecho es una máquina de reproducir desigualdades sociales y regionales.
Dicho esto, y con ánimo de no deprimir a los pocos que lean este posteo, propongo un ejercicio. Es algo subjetivo, y es obviamente materia opinable, pero si uno se paraba en 1850 y evaluaba los 40 años anteriores poco había para festejar: país anárquico con 30 años de guerra civil, 14 jurisdicciones con 14 señores feudales, país despoblado, ausencia de industrias, país conservador...Y 3 años después, Caseros, la Constitución de 1853, la formación del estado nacional, el fomento a la inmigración, la ley 1420, y así hasta llegar al primer centenario. Así que quien sabe?
Entonces la vara para decidir si hay algo que festejar son los logros obtenidos. Sin duda los hay. Escritores de la talla de Borges, Bioy, Sábato, Arlt, Cortázar por mecionar algunos figuran entre los logros de estos 200 años. Los premios nóbel en ciencias duras como Houssay, Leloir y Milstein también. Pero creo que sobre todo el mayor logro radica en lo que produjo a Borges, Bioy, Sábato, Arlt, Leloir y Milstein por citar solo a algunos. Y eso, lamentablemente, creo que lo asocio al primer centenario. Aquel en el que se festejaba haber pasado de ser un país despoblado y anárquico, fragmentado al extremo, sin una población educada, a uno donde había un sistema educativo en pie, donde se había producido una notable transformación económica y donde tras décadas de luchas fraticidas, al menos había un esbozo de estado en el sentido moderno. La historiografía revisionista y la tradición de la izquierda nacional puede con justicia criticar las atrocidades de la "pacificación" que los "liberales" operaron tras la batalla de Pavón, el sometimiento del indio, y también el hecho que durante el primer centenario la constitución era burlada por el fraude conservador, que había leyes horribles como la tristemente célebre Ley de Residencia y que había presos políticos. Es cierto, pero así y todo, incluso para los "perdedores" de la República Oligárquica había una perspectiva de progreso, la idea de una sociedad con movilidad ascendente. La a veces tan vituperada generación del 80 dejó en pie un estado nacional, un sistema educativo integrado y que posibilitaba la movilidad social ascendente y la integración de los hijos de los inmigrantes, la universidad pública y demás.
Este segundo centenario me deja un sabor agridulce en la boca. Me parece que el sesquicentenario permitía mayores motivos de alegría. El peronismo había incorporado a la clase obrera y más allá de las fracturas en materia institucional éramos todavía una sociedad muchísimo más igualitaria con una movilidad social ascendente. Hace unos 40 años dejamos de serlo, y sí los últimos 27 años nos dejan como elemento alentador la recuperación democrática, no nos engañemos, es una democracia institucionalmente renga y que encima no mejora las condiciones de vida de nuestros habitantes. Es mejor que lo anterior obviamente, pero también deberíamos ser honestos, el punto de comparación es muy bajo. Es difícil ganarle a los hijosdeputa de la dictadura. Hacer mierda la economía, hiperendeudar al país y no conforme con eso torturar y matar del modo en el que lo hicieron, es algo difícil de encontrar en nuestra historia. Volviendo al bicentenario, la comparación con el otro centenario es ineludible y creo que el otro, con sus presos anarquistas y sus leyes anti-obreras era mejor, porque ofrecía una perspectiva de progreso. Porque el sistema educativo no era un desastre, porque la posibilidad de mejorar era tangible, porque la creencia en que los hijos vivirían mejor que los padres era una realidad. Tal vez porque había mucho por hacer, y muchos creían que era posible hacerlo, luchando por ello, como los radicales lo hicieron por el voto transparente, como lo hicieron los socialistas y los sindicatos por la mejora en las condiciones de la clase obrera, tarea a la que se abocó el peronismo. Hoy a mi juicio no se ve nada de eso...Los 40 años pasados no invitan al optimismo. La calidad de la dirigencia -no sólo política- no hace pensar que estemos en el camino de revertir casi medio siglo de decadencia, sino que más bien nos movemos espasmódicamente "bailando los ritmos de moda" como en la canción de Serú. Somos menos igualitarios que hace medio siglo y mal que le pese a las tasas chinas, no hay indicios de que estemos yendo en dirección de corregir las terribles inequidades en la distribución del ingreso, más allá del cacareo kirchnerista. El sistema educativo, a la luz de lo que se aprecia de alguien que trabaja con quienes salen de la secundaria, es horrible y cada año peor. De hecho es una máquina de reproducir desigualdades sociales y regionales.
Dicho esto, y con ánimo de no deprimir a los pocos que lean este posteo, propongo un ejercicio. Es algo subjetivo, y es obviamente materia opinable, pero si uno se paraba en 1850 y evaluaba los 40 años anteriores poco había para festejar: país anárquico con 30 años de guerra civil, 14 jurisdicciones con 14 señores feudales, país despoblado, ausencia de industrias, país conservador...Y 3 años después, Caseros, la Constitución de 1853, la formación del estado nacional, el fomento a la inmigración, la ley 1420, y así hasta llegar al primer centenario. Así que quien sabe?
10 Comments:
El punto de arranque para el cambio fue Caseros.... ok, la moraleja es que tenemos que sublevar parte del Ejército, pedir refuerzos al ejército brasileño, marchar sobre la capital (preferentemente en febrero) derrotar la resistencia si la hay, enviar a los K al exilio, traer a algunos intelectuales exiliados, y, ya dueños del país, darnos una nueva Constitución.... suena como un plan, yo me prendo!
Zabalita, mas de cuatro posteos en un mes!
Ahora no te vamos a leer hasta las elecciones de 2011...
Un abrazo!
Fürer:
Tenga cuidado que Urquiza no terminó muy bien que digamos...
Miren, con mucha menos data que ustedes, sinceramente para mi todo este circo bicentenario fue un bochorno.
Me pareció que hacer un par de recitales "para el populacho" y un desfile decadente que debe haber costado millones es lamentable para festejar el bicentenario de la república. por otro lado, queda esta sensación de que no hay nada que festejar...
Lo del 24 podría haber salido perfectamente en el programa de viviana canosa. Por un lado la Kretina revoleandole el poncho al chaqueño palavecino y por el otro el bigotito de oro mironeandoles los tutús a las bailarinas en el colon. Uno a cinco cuadras del otro, los dos viendo a ver cuál pone mas fuerte, como cuando tu vecino te masacra el oido con la cumbia y vos le pones los redondos al taco.
Seguimos siendo rehenes (o responsables) de unos pocos histericos de mierda que han decidido esquilar a este pais y dejarlo pelado pelado...
Si hay que esperar hasta febrero.... Yo me prendo!!!!
coincido con el nazi de mas arriba, zabalita tiene una actitud destituyente. ahora van a hablar del Tribuno en 678
Ya que me chicanearon diciendo que era destituyente o que apoyaba una salida no constitucional me permitiré decir algunas cosas. Efectivamente Caseros fue una bisagra en nuestra historia. Ahora bien, suponer que estos tiempos son iguales, que Cristina es Rosas y que para cambiar de gobierno es necesario hacer lo mismo que hizo Urquiza es extrapolar un proceso histórico a una época muy distinta.
Creo que ha sido un gran progreso dejar atrás las épocas en que los mandatos de turno terminaban con una batalla, un golpe o algo por el estilo.
Han pasado 158 años de Caseros y los métodos de entonces no son los de ahora. Mi analogía iba en otro sentido. Quería mostrar lo imprevisible que tiene la historia. Mirando la performance de la Argentina entre 1820 y 1850 no había muchos elementos para ser optimista: guerras civiles, país despoblado y con población analfabeta, etc. La segunda mitad del siglo XIX no estuvo exenta de horrores: la forma en que Mitre y el partido liberal liquidaron al partido federal después de Pavón es un buen ejemplo de ello.
A lo que iba con todo esto es que nuestros últimos 50 años son muy deprimentes salvo por el hecho no menor de los casi 30 de democracia. Pero que los últimos 50 años hayan sido malos no implica que los próximos 50 lo vayan a ser.
Hoy no es necesario sacar al ejército a la calle, ni tampoco contar con ayuda militar de Brasil, ni nada por el estilo.
Alcanza con algo más sencillo que es ganarle en las próximas elecciones a los Kirchner, cosa que hasta donde entiendo no es imposible.
Deci la verdad Zabalita... a vos también te gustaría andar en caballo de bronce por los bosques de palermo jajajaja!!!!
Solamente alguien que yo conozco puede haber escrito ésto y la verdad, me voy a hacer fan....
Zabalita: ¿quien dijo que los metodos de entonces no pueden aplicarse ahora? entre mas nos alejen de las instituciones democráticas, mayores son los incentivos a recurrir a vías no democráticas para detenerlos. Coincido en que no estamos en ese punto, cierto, pero no nos estamos alejando de él precisamente. O dicho de otra manera, tal vez sea solo impresion mía, pero creo que en estos ultimos años no estuvimos consolidando las instituciones democráticas precisamente...
Para Anchorena: "...o juremos con gloria morir" le suena?
Me surgen un par de reflexiones a la luz del último comentario. 1) Vale la pena responder si alguien lleva como nick "Der Fuhrer"? 2) Pese a eso, lo voy a hacer. La comparación no resiste el menor análisis. A Rosas no había otro modo de sacarlo que por la fuerza. Ciertamente no llegó al poder por via de las armas, pero tampoco es que había sido elegido por la via de comicios transparentes y limpios. No había mucho de esto en el mundo de aquel entonces, es cierto, pero era un gobierno claramente autoritario y donde no había expectativa de alternancia. No había libertades básicas de ningún tipo, y podría seguir, pero creo que el punto es claro.
Los K fueron votados dos veces en elecciones que más allá de lo que pueda haber de desprolijo en alguna zona del conurbano, son razonablemente limpias y transparentes. Fueron elegidos en elecciones competitivas donde no había trabas a que se presentaran otros competidores. No solo eso, han perdido elecciones, como la legislativa del 2009 donde no solo la lista encabezada por Néstor perdió frente a De Narvaez sino que en Santa Cruz, el bastión K, ganó la oposición.
Aparte, hay una posibilidad cierta de desalojarlos del poder en octubre de 2011 mediante los procedimientos que prevé la Constitución: elecciones.
Los medios pueden chillar todo lo que quieran de las agresiones contra periodistas, pero la realidad es que hoy no hay censura alguna. Todos los días se puede leer en Clarín y en La Nación críticas furibundas al gobierno y también denuncias de casos de corrupción.
Entonces, si hay elecciones libres, si no hay censura, si hay expectativa de alternancia y nada indica de que estemos hoy siguiendo lo que podríamos llamar la vía venezolana de liquidación de la democracia, que necesidad existe de apelar a los métodos de 1850.
La comparación no resiste el menor análisis. Noto que mi último comentaristas es sencillamente un nostálgico de oscuras épocas donde cualquier pretexto era bueno para ir a golpear a la puerta de algún cuartel.
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