miércoles, mayo 12, 2010

El meneado Artículo IV

De acuerdo al Convenio Constitutivo del FMI, sus miembros deben realizar periódicamente lo que se conoce como revisión o consulta Artículo IV. Ello es un procedimiento de rutina cuyo único objeto es que el FMI analice la situación económica de sus miembros. La mecánica es sencilla: una misión del Fondo viaja al país en cuestión, se reune con funcionarios del Ministerio de Economía y del Banco Central, con analistas privados y recaba información. Luego vuelve a Washington y redacta un documento que es discutido por el Directorio Ejecutivo del organismo. El país auditado puede realizar su descargo e incluso puede decidir si autoriza la publicación del informe completo. La realización de esta consulta no implica ningún tipo de desembolso de recursos, ni tampoco de condicionalidades.

Así y todo, la Argentina incumple con su compromiso de realizar el Artículo IV desde 2006. El ministro Boudou sostiene que ello responde a que la Argentina no está dispuesta a aceptar, como en el pasado, condicionamientos. Descartamos de plano que el ministro sea un ignorante en esta materia y más bien deberíamos pensar que hay otros motivos que impiden o condicionan la realización del Artículo IV, y ellos no se deben ser buscados en el FMI. Es evidente que si el FMI no va a desembolsar recursos en la Argentina, no hay condicionamiento alguno. De hecho, las condicionalidades de las que habla el ministro, controvertidas y polémicas es cierto, sólo están presentes cuando un país solicita un programa de asistencia financiera, algo que no ha hecho la Argentina.

La condicionalidad es justamente un intercambio de recursos para el país receptor, a cambio de la implementación de una serie de reformas y metas negociadas entre éste y el Fondo. Nada de eso está en juego hoy. Para la audiencia local es lógico presentar el cuentito del Fondo demoníaco queriendo atentar contra el modelo nacional y popular. Sin embargo, ésta vez no es cierto. Quedará al próximo gobierno normalizar el vínculo con el FMI. Desde ya que es evidente que si los Kirchner son sucedidos por un candidato de la oposición y este se aboca a recomponer relaciones con el FMI, ello lo tornará blanco fácil del kirchnerismo residual.

Volviendo al tema original, sorprende un poco que nadie en la oposición o desde la prensa haya puesto en evidencia algo tan sencillo. ¿No sería hora tal vez de preguntarle al ministro Boudou por los condicionamientos del FMI en la actualidad? La respuesta es previsible: apuntará a la traumática relación pasada con el organismo. Pero así y todo, ¿qué condicionamientos hubo de parte del FMI en las últimas asambleas de organismos de Bretton Woods a las que asistió el ministro? ¿qué condicionamientos hubo en las reuniones del G20 de parte del FMI? Y si hubo condicionamientos ¿qué es lo que íbamos a recibir a cambio?

2 Comments:

Blogger Colores said...

Me parece que la pregunta no sería necesariamente si, efectivamente existe ese condicionamiento o no... me parece que la disyuntiva se debe plantear en cuanto a la participación del organismo.

Me parece que ser parte de un club que fabrica recetas de mayonesa donde se pudren los huevos es un mal negocio. Pero que si seguimos participando (y aportando) debemos respetar la receta.

Lo que quiero decir es que lo curioso de este gobierno es no haberse retirado del FMI a pesar de todas las malas recetas que ese organismo aportó en la última mayonesa cortada allá por el 2001.

También me llama PODEROSAMENTE la atención, y en esto me declaro ignorante, cómo es posible que un organismo internacional sostenido por dineros públicos pueda elaborar informes secretos. Quiero decir, si la información es pública el informe debe ser público. El artículo IV no involucra información privada de títulos o bonos de orden confidencial que puedan violar alguna de las normas vigentes.. entonces? cuál es la razón para permitir esa discrecionalidad por parte de los gobierno?

5:23 p. m.  
Blogger Zabalita said...

Colores: participar no tiene costo alguno. Retirarse sí.

Más allá de eso, a veces los vicios del FMI nos hacen olvidar para que se creó. Y sobre si debemos respetar la receta diría lo siguiente:
1) el FMI no impone políticas. Los gobiernos negocian las condiciones con el FMI, y siendo este mi principal campo de estudio académico, me animo a decir que gozan de un margen de acción mucho mayor al que usualmente se cree. De hecho como dice un economista (no precisamente ortodoxo ni partidario del FMI) como Aldo Ferrer "cada país tiene al FMI que se merece"
De cualquier manera, un artículo IV es un proceso de rutina y no hay condicionamientos. Estos solo existen cuando uno pide plata, es decir cuando esta bajo un programa de financiamiento. Si el condicionamiento es cumplir con el convenio constitutivo (algo así como para un ciudadano cumplir la ley) totalmente de acuerdo.

En defensa del FMI, aunque no de sus recetas, me animaré a decir que uno de los problemas del Fondo es que es un prestamista de emergencia al que en tiempos de bonanza nadie quiere ir, porque aunque cobra barato (el interés del Fondo es menor al del mercado) te pone condiciones y eso le molesta a los gobiernos. Por lo tanto, cuando en el mercado hay abundancia de plata, los gobiernos lanzan deuda al mercado, pero cuando por la razón que sea el mercado te deja de prestar, los gobiernos llaman al Fondo. Es decir, el Fondo llega cuando la situación ya está bastante deteriorada. Dicho esto, no dudo de que en muchos casos (sudeste asiático ejemplo perfecto, argentina 2000-2001 ejemplo menos que perfecto por razones ajenas a este posteo; argentina 2002 simplemente nefasto)el Fondo sugiere políticas erróneas y con efectos muy negativos. Pero no nos engañemos, muchas veces los gobiernos usan al Fondo como chivo expiatorio para culparlo de medidas impopulares que igualmente iban a adoptar.

Los miembros de los organismos internacionales en su gran mayoría son los estados. Es decir, es como un club, y en un club los dueños son los socios. Por ende, los socios son los que deciden las reglas. Las reglas dicen que los dueños son los que deciden que hacer con el club.

El problema no es que haya información confidencial. El staff del Fondo emite una opinión sobre la economía que revisa. Los datos pueden ser públicos, pero en los mercados existen las asimetrías de información (la falta de información es una de las razones por las cuales los mercados no son justamente perfectos!). No todo el mundo tiene el tiempo ni el conocimiento técnico como para ponerse a estudiar en profundidad la situación económica de un país y analizar las oportunidades y riesgos. El Fondo lo hace y emite un informe con opiniones. Al hacer esto crea expectativas. De hecho, el Fondo es muy consciente de eso y por eso EN GENERAL es prudente al formar expectativas. Por eso siempre subestima tanto el crecimiento como las recesiones. Si el Fondo mañana saliera a decir públicamente Grecia es inviable y va a defaultear inevitablemente, al día siguiente Europa se incendia. Y si dijera está todo bien y vienen 100 años de prosperidad para los griegos, podría generar una euforia de corta vida y que hasta tendría peores efectos.

En definitiva, los organismos internacionales son delegados del poder que le ceden los estados. Y si los estados no quieren que sea obligatoria la difusión del Artículo IV, el staff del Fondo puede sugerir otra cosa, pero los gobiernos al final son los que deciden.

Igualmente, si un gobierno no publica el Artículo IV (esta práctica es relativamente reciente) genera un efecto contraproducente. El mercado (uso esta palabra como una simplificación para un fenómeno bastante más complejo)infiere que las cosas están peores que lo que el gobierno admite y la reacción se hace sentir. Entonces, mejor ser transparente y permitir la publicación. Es lo que ocurre actualmente, y la realidad es que cuando se publica, los gobiernos incluyen una réplica a los comentarios del staff del Fondo.

11:33 p. m.  

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