viernes, enero 05, 2007

El reposo del tribuno

El año 2006 fue en lo personal un año muy bueno en todo sentido. Entre otras cosas fue el año de aparición de este blog que me permitió escribir más seguido, no desde una perspectiva puramente aséptica y analítica como hago habitualmente, sino desde un punto de vista claramente valorativo. Al principio los comentarios escaseaban o mejor dicho no existían y muchas veces me pregunté para quien estaba escribiendo. ¿Me leía alguien que no fueran como dice Arlt "correctos miembros de mi familia". Bueno últimamente veo con alegría que los comentarios han crecido y que incluso se han generado algunos debates interesantes con gente que está en una vereda opuesta, pero absolutmente válida, a la mía.

El 2007 será un año intenso, y no tengo la bola de cristal, pero pese a muchas de las cosas que a diario nos impactan, soy profundamente optimista. Independientemente de quien gane las elecciones legislativas o presidenciales. Fuere como fuere, tenemos un año por delante, y un año en el que el tribuno continuará desde esta humilde trinchera criticando cuando haya que criticar, elogiando lo que haya que elogiar, pero sobre todo comprometido con las ideas que manifiesto en sucesivos posteos, dispuesto al debate y al diálogo.

Dicho esto, como ya lo mencioné, el 2006 fue bueno e intenso. Y sobre todo intenso en lo laboral. Por ello, ha llegado la hora de irme de vacaciones. Esta noche parto a Bolivia. Aunque no descarto hacer algún posteo desde allá, lo más probable es me dedique a un más que merecido reposo para recobrar energías y a partir de fin de enero volver con la fuerza necesaria para escribir posteos que tengan, como pedía Arlt, la fuerza de un "cross a la mandíbula".

Estimados lectores, los veo a la vuelta.

Hasta la victoria siempre!

El tribuno

miércoles, enero 03, 2007

Gualeguaychú

En uno de sus comentarios el kirchnerista vergonzoso que ha pasado a ser un habitué del tribuno hace al pasar una referencia a la defensa que este gobierno hace de los asambleistas de Gualeguaychú frente a Uruguay, y lo plantea como una supuesta defensa del "interés nacional".

Esto me da la oportunidad de hablar un poco del tema papeleras. Quien crea que este gobierno defiende el interés nacional realmente tiene un probado gusto por comer vidrio, sea en la variedad que sea. Empecemos por tirar abajo una cáscara vacía como es el concepto de interés nacional. ¿Existe el interés nacional? ¿Quién lo define? Si lo definen los habitantes de Gualeguaychú, es más bien un interés local. Alguno me dirá lo defiende el gobierno que fue votado por el pueblo. Parcialmente cierto, pero no del todo. El gobierno hace una interpretación del interés nacional, que no es genuinamente la nación. No todos están a favor del tipo de cambio alto, no todos están con los asambleístas. Por otro lado, muchas veces se da que los gobiernos toman medidas que favorecen a grupos pequeños y concentrados y perjudican a las mayorías, sólo porque los primeros tienen mayor capacidad de lobby (para más referencias ver Olson, "La lógica de la acción colectiva") y los segundos no. Así que la idea de un interés nacional no parece muy asequible. Obvio que bajo ciertas situaciones límite como una guerra, una agresión, etc., es más fácil hablar de un interés nacional, pero con un tema como las papeleras, no. Si podemos hablar de las preferencias de la mayoría. Interés nacional es un concepto bastante negativo que invocan los fachos y las dictaduras para generar lo que en Estados Unidos llaman el rally alrededor de la bandera.

Eso en primer lugar. En segundo lugar, por la única razón es que Gualeguaychú atrajo el interés de Kirchner, es porque vio un potencial daño a su estrategia de construcción de imagen. Este gobierno proyecta la imagen de Kirchner como un presidente que necesita a la vez que lo ayuden, pero que también se muestra como un guardián que protege a sus ciudadanos (con López parece que no les fue muy bien). Por otro lado, es un gobierno que surfea las encuestas, y si las encuestas marcan una cierta empatía de la opinión pública con Gualeguaychú, entonces los asambleistas definen la política ambiental y exterior de la Argentina. A todo esto, Picolotti viaja a Washington y a la Haya por el tema de las dichosas pasteras, pero no la vi muy preocupada por Pascua Lama o las pasteras que ya hay instaladas en la Argentina.

Es decir, se trata de un gobierno que ve a la política exterior como un recurso de construcción de imagen para fortalecer su posición política interna. Por eso por ejemplo se muestra recio con Estados Unidos, pero negocia bajo la mesa la ley de patentes que Menem no pudo sacarle al Congreso. Fox el año pasado estuvo tan acertado como poco diplomático cuando dijo en Mar del Plata que era un gobierno que gobernaba para la tribuna.

Las papeleras, independientemente de por donde pase la justicia del caso, son eso. La política exterior actual no se basa en una definición respecto de algo así como el tan cacareado interés nacional. La actual política exterior es una pura función de las encuestas. Si esto es bueno o es malo, el tiempo se encargará de decirlo.

Pero lo cierto es que hoy nuestra política exterior, en lo que concierne a la relación con Uruguay, la definen los asambleistas de Gualeguaychú. Entiendo que el gobierno no los quiera reprimir, dado que su protesta es válida, aunque el modo de protesta sea manifiestamente ilegal. No obstante, los accesos terrestres a Uruguay no pueden seguir cortados y no pueden seguir sujetos al capricho de los asambleistas. Dado el comportamiento del gobierno en este caso, da la impresión que el presidente les tiene miedo y no se anima a enfrentarlos públicamente.

Respuesta Forte Ma non Troppo

Los liberales no renegamos del voto de la mayoría. Si lo hicieramos no seríamos demócratas. Lo que como liberal jamás vamos a aceptar es la pretensión que tienen ciertos movimientos políticos de creerse que la mayoría, sea relativa o absoluta, les da derecho a hacer cualquier cosa. Justamente ese es el tema que nos preocupa: el abuso del poder por parte del estado y la coacción que las mayorías, siempre cambiantes, pueden ejercer sobre las personas.

Si creyera que la mayoría da derecho a cualquier a lo que sea, hace rato que sería peronista. Por suerte no lo soy. Y si no ser peronista me condena a estar siempre en minoría, pues me alegra ser parte de esa minoría, y a seguir defendiendo el derecho de la mayoría a elegir autoridades, y de la minoría a velar porque la mayoría no abuse de su poder.

PD: el o la kirchnerista renegado/a es claramente un o una peronista. El tufillo a nacionalismo berreta y sus constantes críticas a los liberales (a los que quiere en vano identificar con Macri, un proto peronista, o Pinochet, un autoritario), sumado a su defensa del más cerrado verticalismo, no dejan lugar a dudas.

martes, enero 02, 2007

Al chicaneador kirchnerista renegado

Salga del placard amigo. Me cuesta creer que haya kirchneristas vergonzantes.

No soy macrista, soy liberal, como lo dejé bien en claro en un posteo reciente. Y liberal en materia política fundamentalmente. Macri no es una figura de mi simpatía en materia política.

Divertido el contrapunto y más que bienvenido. Ojalá siga frente a nuevos posteos. El tribuno es un blog pluralista.

Amigos! tengo un kirchnerista dejando comentarios en mi blog. Vamos todavía!

Veo que hay alguien a quien le gusta la polémica. Bienvenido sea! Por que a mi también. Igual huele a kirchnerista declarado (es decir uno que ya salió del placard) o renegado. De cualquier manera sigue discutiendo con chicanas baratas (como suele hacer el kircherismo, o no?).

Va mi breve respuesta:
1) No creo que estemos frente a un gobierno que busque consensos. Si hay consensos, creo que se trata de consensos entre dos personas (Néstor y Cristina), y una bajada de línea a una manga de genuflexos que son los diputados y senadores del Frente para la Victoria.
2) Me parece muy bien que los culpables estén presos y que la justicia los siga persiguiendo. Si a uno le parece bien que el Centro Wiesenthal siga persiguiendo a los nazis aun vivos, nada hay de malo en que reconocidos hijos de puta como los de la dictadura vayan presos. Ahora, no estaría mal que los tirabombas del otro bando, también paguen por lo que hicieron. Nadie dice que lo hagan en pie de igualdad, porque como ya dije varias veces, el terrorismo de estado es la peor forma de terrorismo, y para algo existe lo que se llama la proporcionalidad de las penas.
3) Lo que no me parece bien es que el único debate público que exista sea el de los 70. Pero bueno, es algo recurrente en los argentinos, pasarse durante siglos discutiendo federales y unitarios, radicales y conservadores, peronistas y antiperonistas, patria sindical y patria socialista. El debate público no puede estar EXCLUSIVAMENTE centrado en el pasado. No estaría mal debatir otras cuestiones como la educación y la energía, cómo hacer para que el actual ritmo de crecimiento sea sustentable, qué perfil de inserción internacional queremos, cómo hacer para que el Mercosur deje de ser un bloque a la deriva y se consolide, qué clase de relación queremos tener con Estados Unidos y con Europa, cómo fortalecer las capacidades estatales, cómo lidiar con la inseguridad sin caer en garantismos y manoduras berretas e ineficaces...Por eso, en vez de discutir como encarar los pequeños y grandes desafíos de mediano y largo plazo, mejor discutir sobre lo que Papá Kirchner y sus esbirros nos dicen que discutamos.

Mi estimado lector supuesto Kirchnerista, nuevamente recomiendo dejar las chicanas de lado. Por otro lado, como lectura de verano me animo a sugerirle "Montoneros: la soberbia armada" de Pablo Giussani (garantizo que no era un autor facho).

lunes, enero 01, 2007

Respuesta a un comentarista

Uno de mis comentaristas dice:
"Interesante, el autor toma a chile como modelo para am. lat. (sino abiertamente, al menos en los comentarios) pero olvida que la mayoria del pueblo chileno toma de modelo a la Argentina por haber enjuiciado a sus militares y por seguir investigando".
Honestamente no entiendo este comentario. De ninguno de mis posteos surge que tome a Chile como modelo. Puede haber algunas cuestiones de Chile que a uno le pueden gustar, pero difícilmente tomaría como modelo a un país que a pesar de 20 años continuados de crecimiento no ha podido disminuir la desigualdad.
Más allá de esto, la chicana es bastante barata y fácilmente rebatible: 1) No hay nada de malo en tomar a Chile como modelo para algunas cosas, como por ejemplo su política comercial exterior, entendiendo por esto la fuerte vocación que muestran empresarios y gobierno por obtener un acceso preferencial a otros mercados como la UE, el NAFTA, Costa Rica, MERCOSUR, etc. 2) Por otro lado, está muy bien que Chile tome como modelo el juicio a las juntas. 3) No hay contradicción entre ambas cosas: uno toma lo que le conviene y por ende si los chilenos son mejores en su política comercial y nosotros mejores a la hora de juzgar militares, enhorabuena. Tomemos de Chile lo que vale la pena tomar, descartemos lo descartable.

Mi comentarista debería aprender a pensar antes de escribir, pero antes tendría que dejar de poner en mi boca cosas que yo no dije ni escribí. O mejor aun, puede leer los posteos.
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