lunes, abril 30, 2007

A los lectores quejosos

Durante mi mes de ausencia de la web muchos lectores se quejaron personalmente sobre la regularidad de mis posteos y hubo otros que me incitaban a escribir diciéndome que cómo era posible que estuviera callado frente al abundante material que me proveía la realidad.

Me parecen entendibles las quejas que algunos lectores me efectuaron, como así también los comentarios irónicos en el blog preguntando si estaba muerto o desaparecido (afortunadamente no al escribir estas líneas). Bueno, como ven estoy vivo y sigo escribiendo y puteando contra los abusos al que el gobierno nos tiene acostumbrados ya. Sería hora que mis lectores tengan una participación más activa. Me estimulan a escribir y después no dejan comentario. ¿Quien los entiende? ¿Será que están siempre de acuerdo con lo que digo? No soy tan optimista, pero bueno, si alguno lee y está en desacuerdo o cree que puede hacer algún aporte positivo, que lo haga nomás.

Y como para dejar polémica: lo de Macri es lamentable y para alguien como yo, perfectamente esperable. En el 2003 me negué a votar a Macri bajo el argumento que no quería que el 2007 fuera una interna peronista. En el 2005, a pesar de mis simpatías políticas por ciertas figuras, me negué nuevamente a votar a Macri. Y ahora sigo en la misma tesitura. Su no rechazo al apoyo de Kirchner, su discurso lavado y centrado en baches, balas y bolsas de basura, su alianza con peronistas, no hace más que mostrarme que Macri va a terminar jugando dentro del peronismo, y que apuesta en última instancia a ser la figura de recontrucción del espacio de centro-derecha peronista, hoy en repliegue, pero que aspira a volver. ´

Sería hora que un séctor de PRO asuma las contradicciones internas que representa esta alianza puramente instrumental y rompa con Macri. Los principios republicanos y liberales que creí que algunas figuras y fuerzas partidarias encarnaban están siendo sacrificados por un novato que encima transa con cualquiera con tal de ganar la capital: se llame Sobisch o Kirchner; y que para peor, perdió la oportunidad de generar una alternativa real de cara al 2011.

A veces los palos son para el gobierno, otras veces son para los dirigentes de la oposición.

sábado, abril 28, 2007

Las manos en el fuego

El presidente dijo que solo ponía las manos en el fuego por el pueblo. Diría que hace bien por un lado, ya que si las pone por sus funcionarios corre serio riesgo de quemarse. Las quemaduras se las podría atribuir a De Vido, Bendini, Fulvio Madaro y tantos otros que no parecen ser precisamente adalides de transparencia u honestidad.

Por otro lado, tengo mis dudas que si uno pone las manos en el fuego por el pueblo no corra riesgo de quemarse. De Vido, Bendini, Menem, Dromi y demás no nacieron de un repollo ni vinieron en un plato volador. Salieron del mismo pueblo por el que el presidente pone las manos en el fuego. Si no, ¿cómo explicaríamos que una sociedad de santos decide gobernarse por medio de demonios? No, señor presidente, no ponga las manos en el fuego por el pueblo. Ustedes no son distintos de nosotros. Son nuestro producto como sociedad...

Un amigo mío, al que lamentablemente extraño a la hora de discutir sobre política y que ya que no está entre nosotros siempre me decía "los pueblos no tienen los gobernantes que se merecen, si no los que se les parecen".

Pregunta sin respuesta

Fui al cine a ver "La vida de los otros" la semana pasada y me surgió este interrogante: ¿habrá dentro del kirchnerismo alguién con la cabeza, el corazón y los huevos para arrepentirse de las prácticas perversas que a nivel político desarrolla su gobierno? Mi respuesta tentativa es no. No me imagino a ningún kirchnerista arrepintiéndose de los métodos de Alberto Fernández o de Pepe Albistur, expertos en apretar periodistas y encuestadores, verdaderos vladimiros montesinos de cuarta.

Mirando las ruedas...

Algunos en sus comentarios se preguntan si estoy muerto o desaparecido. Espero este posteo eché algo de luz sobre la cuestión. Si he muerto, la verdad es que aun no he sido notificado. Tampoco estoy desaparecido (como Christián Schaerer o Julio López que aun no dan señáles ni de vida ni de muerte). Como el más grande de todos, este último mes estuve simplemente mirando las ruedas dar vueltas. Algunos pensarán que estoy loco haciendo lo que hago, pero no creo que sea así, simplemente -como ya dije- estuve viendo las ruedas girar y girar...

Lo cual no me impidió ver 1) que el kirchnerismo está dispuesto a cualquier cosa con tal de evitar el duro impacto de quedar fuera del ballotage porteño; 2) que esté gobierno está bastante preocupado por Skanska y que por ende, si hay preocupación quiere decir que tienen algo que explicarnos al respecto; 3) que aunque el presidente piense que el caso Skanska es un caso de corrupción entre privados, la evidencia parece mostrar lo contrario y que "algún culo (y no el mío) va a sangrar"; 4) leer las interesantes notas que Alejandro Rebossio (un gran periodista y mejor persona) publicó en La Nación sobre la bajada de línea de la inefable Beatriz Paglieri en el INDEC; 5) enterarme que según la encuesta de Poliarquía (una de las pocas consultoras de opinión pública todavía confiables) la imagen de Kirchner bajó en los últimos tres meses, lo cual muestra que, si bien sigue alta, no es a prueba de balas como muchos pensaban; 6) alegrarme por la posibilidad de que Lopez Murphy se vaya de una buena vez de PRO y llegue a un acuerdo con Carrió, por más que tanto a la derecha ucedeísta de Recrear y a la centro-izquierda ex frepasista le de por el quinto ya saben que (no es que con eso puedan ganar. Ojalá de hecho que no ganen pero que hagan una buena elección así meten una buena cantidad de diputados, y los frenos al kirchnerismo empiezan en la institución que representa al pueblo, la Cámara de Diputados).

Estas y bastantes cosas más ocurrieron mientras yo miraba las ruedas dar vueltas. Pero, ya es suficiente, es hora de volver y acá estamos. Prometo a los que me pidieron personalmente o por medio de los comentarios irónicos sobre mi supuesta muerte o desaparición, regularizar los posteos.

Finalmente, para terminar este posteo les dejo una estrofa del más grande:

'I'm just sitting here watchin' the wheels go round and round,
I really love to watch them roll.
No longer ridin' on the merry-go round,
I just have to let it go'
(Liverpool, 9/10/1940-NY, 9/12/1980)

lunes, abril 02, 2007

Sobre la política exterior de nuestro actual gobierno

La política exterior es tal vez uno de los aspectos más débiles del actual gobierno y tal vez es hora de hacer una evaluación de la misma. En opinión de quien escribe la mejor definición que hasta ahora se ha hecho sobre la política exterior de Kirchner la dio el ex presidente de México Vicente Fox cuando, frustrado por la actitud argentina en la cumbre de Mar del Plata de 2005, apuntó que se trataba de una política para la tribuna. Aunque esto le genero a Fox problemas con el gobierno argentino e incluso dentro de México, su observación no fue en modo alguno desacertada.

Para el gobierno kirchnerista la política exterior es un mero apéndice de la política interna. No hay ningún tipo de visión de largo aliento sobre como mejorar la inserción de nuestro país en el mundo. Solo hay preocupación por 1) utilizar la política exterior como una herramienta para mejorar la imagen de la dupla presidencial a nivel interno, buscando forjar la imagen a través de gestos histéricos y espasmódicos de un jefe de estado y un gobierno que nos defienden de las acechanzas de temibles lobos externos. Ello busca claramente explotar el chauvinismo argentino, tarea poco difícil; 2) evitar que la política exterior impacte sobre la aprobación del gobierno. No se busca solamente mejorar el nivel de aprobación y construir la imagen de una suerte de padre que nos protege. Se busca también satisfacer al coro de intelectuales y políticos de centro izquierda, que miran con más cariño a Caracas que a Santiago o Brasilia.

En consecuencia con estos dos objetivos se exagera la dureza de las posiciones argentinas (como cuando la prensa reporta los supuestos maltratos de Kirchner hacia el ex presidente del BID o al ex titular del FMI Horst Kohler) o bien se adoptan posturas de dureza meramente mediática, pero sin efecto real. Un ejemplo de ello es la reciente decisión de dar por caido el acuerdo con Gran Bretaña para la explotación de hidrocarburos. Este acuerdo hacía años que era inoperante y tal vez darlo de baja era lógico. Pero sin la estridencia con la que se hizo. Los gestos y las palabras, aun cuando pesan menos que las acciones concretas, a veces importan. Así, por ejemplo, la Argentina puede ser un país extremadamente cooperativo con Estados Unidos en temas fundamentales como lavado de dinero y lucha contra el terrorismo, algo que los Estados Unidos reconoce y destaca (y que el gobienro busca minimizar u ocultar, para evitar cualquier comparación con los 90), pero permitir el acto de Chávez el mismo día en que Bush estaba del otro lado del Río de la Plata, es una soberana torpeza. Podrá haber elecciones y ello siempre lleva a acciones únicamente destinadas a la opinión pública, pero la política exterior no es un aspecto menor que se defina pura y exclusivamente en función de una contienda electoral.

Dar de baja el acuerdo con Malvinas no sirve de nada. No cambia la política del Reino Unido, no mejora la posición negociadora de la Argentina ni nada. Sólo sirve para que el coro de idiotas se congratule creyendo que con ello complica la vida del imperio inglés.

No sugiero que haya que vivir agradando a otros gobiernos. Hay acciones que pueden resultar desagradables y que deben ser tomadas. Negociar con dureza la deuda externa fue un acierto claramente. No ceder frente al Fondo en este tema fue otro, y eso está fuera de discusión. Arrinconar a Uruguay en el tema papeleras fue lisa y llanamente una estupidez. Dejar la conducción de la política exterior en manos de una asamblea de vecinos también. Me cuesta creer que las únicas opciones para el gobierno fueran aceptar las papeleras como un hecho consumado o seguir la postura de los asambleistas. Uso este tema solo para ilustrar mis puntos y para mostrar como la política exterior para este presidente es una mera variable de ajuste de las encuestas de opinión pública.

Mientras tanto:
  • El Mercosur está estancado y su agenda sigue acumulando cuestiones por resolver
  • la relación de la Argentina con los países del G7 está deteriorada y no hay ningún intento de recomponerla
  • La relación con nuestros vecinos dista de ser excelente. Con Chile el tema del gas ha sido pésimamente manejado. Aunque sea obvio que debe privilegiarse el abastecimiento interno incluso al costo de cortar todo el flujo de gas a Chile, el manejo del gobierno en los medios y el trato con los funcionarios chilenos dejó mucho que desear. Se dijo una cosa y luego se hizo otra. Con Uruguay la relación es obviamente tirante, y tardará en recomponerse sin que el gobierno haya logrado su objetivo.
  • Con Estados Unidos nuestra política exterior ha sido zigzagueante: por un lado los apoyamos en Haití, le pedimos a sus capitales que vengan (todos los años el presidente lo hace en el Council of the Americas), les damos intervención en la triple Frontera, le damos una ley de patentes a su gusto, y a la vez adoptamos gestos en sentido contrario permitiendo que se nos perciba como aliados al populismo petrolero chavista.

Es difícil explicar la total desatención del presidente por la política exterior. Probablemente se deba a su parroquialismo, tan simpático para buena parte de nuestra sociedad. Esto es lo de menos, lo importante sería comenzar a pensar que lugar se busca para la Argentina en el mundo, como conseguirlo, en cuanto tiempo y sobre todo, como la política exterior puede contribuir a mejorar la vida de nuestros ciudadanos.

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