El tema de la semana
El debate en el Senado sobre el matrimonio gay va a agitar las aguas esta semana. En lo personal tal vez hubiera sido más útil conceder a las parejas del mismo sexo todos los derechos de los que gozan las parejas heterosexuales, pero sin usar el término matrimonio. Desde ya que el derecho a la adopción hubiera levantado polvareda, pero reservar el nombre matrimonio para las parejas heterosexuales tal vez habría reducido el nivel de conflictividad que estamos viendo. En lo esencial nada cambia dado que si los derechos son los mismos pero el nombre es otro. Fundamentalistas de ambos lados van a chillar igual, unos quejándose de la discriminación y otros advirtiendo que si la cuestión pasa por el fondo y no por la forma. Como sea, entiendo que sería menos problemático.
Así y todo, este debate me ha llevado a la siguiente reflexión. El psicoanálisis -del cual se poco y nada eh!- ve en la forma en que se resuelve el Complejo de Edipo el origen de la homosexualidad. Si hay parejas del mismo sexo con derecho a adoptar, ¿no desaparecería el complejo de Edipo? y entonces ¿no desaparecería la homosexualidad? ¿Será este un caso en que la afirmación lleva implícita su propia negación?
Así y todo, este debate me ha llevado a la siguiente reflexión. El psicoanálisis -del cual se poco y nada eh!- ve en la forma en que se resuelve el Complejo de Edipo el origen de la homosexualidad. Si hay parejas del mismo sexo con derecho a adoptar, ¿no desaparecería el complejo de Edipo? y entonces ¿no desaparecería la homosexualidad? ¿Será este un caso en que la afirmación lleva implícita su propia negación?