Pop City

Cromagnon marcó un antes y un despúes en la noche porteña. De más está decir que para muchos marcó la divisoria de aguas la vida y la muerte, o, mucho menos grave aun, entre ser jefe de gobierno y no serlo. Pero más allá de la tragedia que para muchos es una herida que probablemente nunca cicatrice, y para los que solo lo vivimos por los medios una noticia impactante, el episodio Cromagnon afectó profundamente la noche porteña: hoy es más difícil que haya música en vivo en pequeños bares como antaño y hay, lógicamente, un mayor control (al menos eso suponemos) sobre la habilitación de locales bailables. Nuestra mayor seguridad ha tenido efectos no deseados no obstante. Uno de ellos es la desaparición de lo que a mi juicio fue la mejor fiesta de Buenos Aires. Me refiero a Pop-City, que todos los viernes y sábados tenía lugar en el mítico sotano del Club Unione e Benevolenza. Es cierto que post-Cromagnon las puertas del Unione e Benevolenza volvieron a abrirse, con mayores controles, pero ya no era lo mismo. Como tampoco lo es la fiesta Belle Pop que todos los sábados tiene lugar en un local céntrico de la calle San Martín.

Pop-city fue mi fiesta preferida. Desde que tengo uso de razón detesto los boliches (Caix, El Cielo, Mint, Rumi, la City y tantos otros están en mi lista negra), pero no las fiestas y sobre todo si la música es buena y la gente tiene actitud. Pop-City reunía ambos requisitos. La música recorría un amplio espectro arrancando con los 60 para precalentar (Can't Explain y Substitute de los Who, Break it all de los hermanos Fatorusso en su etapa beat, I Saw Her Standing there), pero después había lugar para el punk (los pistols sonaban regularmente lo mismo que The Clash), el new wave (Talking Heads, Police), el pop de fines de los 70 y de los 80 (Blondie, Madonna, Culture Club), el techno británico ochentoso (Petshop boys, Erasure, Depeche Mode) hasta llegar al brit-pop (de hecho el climax en Pop-City era 'Boys and girls' de Blur a eso de las 5 de la mañana), pasando por cosas algo más oscuras como The Undertones o la primera etapa de los B52 (la que le gustaba a John Lennon, la de Rock Lobster).

Guardo recuerdos más que gratos de Pop City como el de unos besos robados al son de 'And Your Bird Can Sing' del disco Revolver a poco del cierre del local. Algunos tal vez muy felices. 'Those were the days' como canta Mary Hopkin. Así que en mi tradicional posteo nostálgico de los viernes, elijo hoy homenajear a Pop-City y mi homenaje es con 'Always on my mind' en version de los Petshop Boys.

Como saben, se trata de una canción de Willy Nelson, versionada por Elvis y que los Petshop tomaron a mediados de los 80, en lo que yo creo es una muy buena versión. Fue un tributo de ellos al Elvis tardío, para mí el mejor Elvis, y es uno de esos temas que inevitablemente me recuerdan a Pop City.