The eyes of God...
Las distintas historias de la película muestran a un oftalmólogo exitoso en su profesión pero que en su afán de no echar a perder su 'perfecta' vida familiar, manda a asesinar a su amante para que ella no eche a perder todo; un cineasta de medio pelo, pero con reconocimiento, ególatra y soberbio, termina quedándose con la 'chica', mientras su cuñado, también cineasta, pero comprometido y con una noción menos capitalista barata de lo que es el cine, enamorado de la misma mujer, termina solo y sobre todo, amargado al saber que su héroe intelectual, el profesor Levy, un filósofo sobreviviente al holocausto, se suicida. Quizás lo más chocante, es ver al personaje recto de la película, un rabino personificado por Sam Mastersons (actor principal de The Killing Fields), se va quedando progresivamente ciego.
En algún momento Woody Allen nos consuela mostrándonos como el paradigma del malo exitoso, siente problemas de conciencia. Muchas veces uno piensa 'seguro que levanta una torta de guita con lo que afana', o 'mandó a tirar gente viva al Río de la Plata y goza de impunidad' o 'fue responsable de tantas muertes y camina por la calle sin problemas', pero inmediatamente se consuela pensando en los problemas de conciencia que sufren esas personas. Wooyd rapidamente descarta los problemas de conciencia, que el personaje de Martin Landau rápidamente supera y hasta termina por confesar de un modo muy original (planteando el argumento para una película) a Woody Allen en la escena final de la película.
A esta altura uno no puede dejar de concluir que el triunfo del bien sobre el mal es una quimera, cuando no algo que está bien para los Westerns clásicos o las películas de Capra, pero no para la vida real. Y ahí, Woody Allen vuelve a taparnos la boca con una soberbia escena final que hoy reproduzco para cerrar este posteo. Esta escena muestra al rabino, el hombre recto, ya ciego, pero definitivamente feliz de poder bailar con su hija el vals en su fiesta de casamiento. De fondo suena un estándar 'I'll be seeing you' ejecutado en forma instrumental por Liberace. No es casual que el personaje de Martin Landau pronuncie al comienzo la frase acerca de los ojos de Dios, y la película se cierre con 'te estaré viendo'. De fondo se escucha la voz del profesor Levy (según algunos inspirado en Primo Levi, aunque Woody Allen dice que no fue intencional) diciendo:
We are all faced throughout our lives with agonizing decisions, moral choices. Some are on a grand scale. Most of these choices are on lesser points. But we define ourselves by the choices we have made. We are, in fact, the sum total of our choices.
PD: Matchpoint trata el mismo tema en mi opinión, y con una historia muy similar pero con un final definitivamente más perverso, donde ya no nos queda el consuelo del final con el Rabino ciego y pese a todo contento.
12 Comments:
A mí también me gustó Crímenes y pecados, y pese a la comparación con Match point, la considero muchísimo más sombría, incluso desde el punto de vista estético. Hay que pensar que el protagonista de Match point, al igual que el de Crímenes y pecados logra triunfar, pero se muestra en la escena final, cuando está sosteniendo a su hijo recién nacido, que siente remordimientos, mientras que el de Crímenes y pecados "confiesa" haber dejado esos remordimientos de lado y haber aprendido a convivir con lo que ha hecho, lo cual es mucho peor.
De paso, te cuento que en el canal Hallmark han estado pasando Celebrity en los últimos meses. Tal vez la repitan.
Saludos
No vi "Crimenes y pecados", vi "Machtpoint" y lei "Crimen y Castigo". Me desespera que Woody haya seguido la historia y la trama de Dostoievsky y no haya agregado el final, la gran conclusión. Solo el amor redime, solo el amor saca al hombre del error,solo el amor le hace ver su pequeñez y tambien su grandeza. Si es muy romantico, pero creo que es así y pienso que es EL mensaje de "Crimen y Castigo"; lo cito a Dostoievsky :"Quisieron hablar, pero no es fue posible. Lagrimas habia en sus ojos. Ambos estaban palidos y flacos; pero en aquellos rostros enfermizos y palidos refulgía ya la aurora de un renovado porvenir,de una plena resurrección a nueva vida. Los resucitaba el amor, el corazon del uno encerraba infinitas fuentes de vida para el corazon del otro."
Que Woody Allen haga sus peliculas como quiera, pero la verdad me dejo con las ganas de ver el final del ruso.
Martín: buen punto. Es cierto que puede haber un dejo de remordimiento en el protagonista de Matchpoint, pero superado el trauma de su encuentro con los fantasmas de sus víctimas que claman por justicia, no parece preocuparse mucho. Probablemente ello se deba a que descubre un universo en el que la justicia no se realiza, y ello obviamente lo trastorna.
Anónimo (por favor usar un pseudónimo aunque sea porque como es obvio, cualquiera es un anónimo): Dostoievsky era creyente y Woody Allen no lo es. De hecho, en mi opinión, Crímenes y Pecados y Hannah y sus hermanas tratan el tema de la existencia de Dios, tema que angustia a Woody Allen profundamente en esta última película hasta que opta por ser pragmático y decir 'puede que exista, puede que no, y si existe mejor, pero no me voy angustiar pensando en eso'. Obviamente esto es una interpretación de lo que piensa Woody Allen, pero es lo que yo entendería de la escena en que tras su intento fallido de suicidio (motivado justamente por la angustia de saber si hay o no un Dios) se mete en un cine en el que dan Sopa de Ganso (Duck Soup) de los hermanos Marx (ni por asomo parientes de Karl).
En Crímenes y Pecados el tema es algo más terrible porque ya no es angustiarse por la existencia de Dios, sino más bien por las consecuencias que ello acarrea. 'Si Dios no existiese, todo estaría permitido' dice Dostoievsky por boca del hermano Karamazov bastardo, y de alguna manera Crímenes y Pecados y Match Point muestran eso.
Volviendo a Martín, Martín Landau puede ser que siga viviendo tranquilo tras superar sus problemas de conciencia, pero no puede evitar 'confesarse', no porque espera absolución, sino por la necesidad de aliviar la carga que lleva, que aunque soportable, es molesta.
Volviendo al anónimo, Woody no puede tomar el final de Crimen y Castigo porque a diferencia de Dostoievsky, el no cree. Al menos en Crímenes y Pecados hay una tensión personificada por el choque entre el pensamiento y la conducta del Rabino, y del padre del oftalmólogo (recordar cuando este recrea una escena familiar de su niñez y su padre, rabino también creo, toca el tema e invoca la conocida 'apuesta' de Pascal a favor de la existencia de Dios (una especie de win-win, porque si uno cree y Dios existe, se salva, y si uno cree y Dios finalmente no existe, vivió al menos sin la angustia de saber que es esta vida y nada más) frente al cuestionamiento de su hermana que encuentra increíble que Dios exista y permita el holocausto.
En fin, un tema interesante para debatir. Supongo que por eso me gusta Woody Allen, por esa capacidad de mezclar profundidad a lo Bergman con humor a la Groucho Marx.
Soy el "anonimo", porque no se puede...es lo mismoo. Elijo el pseudonimo "anonima"...te gusta mas?
Buen tendre que ver, Crimenes y Pecados. Pobre Woody...
Son ideas mías o 'anónima' tiene un conflicto de identidad sexual? No me queda claro si escribe una mujer o un varón.
El sentido de esta maravillosa película de Woody Allen ya lo he discutido en oportunidades anteriores con Zabalita, asique es probable que no aporte nada nuevo.
Creo que, a diferencia de muchas de las interpretaciones algo banales de ambas películas, Crimes and Misdemeanors y Matchpoint deben interpretarse en forma paralela, como dos obras que juegan entre sí, y no como obras individuales. (No necesito aclarar qué pienso de las interpretaciones que dicen que la segunda es un refrito de la primera; se trata de gente capaz de decir que La Maja vestida es un refrito de La Maja desnuda)
Crimes and Misdemeanors representa en forma sustantiva el espíritu modernista, que una y otra vez nos conduce a una visión ética del mundo. La culpa y la angustia, en el sentido sartreano de ambos términos vuelve una y otra vez sobre Martin Landau. No es cierto que al final se haya liberado de ella: a duras penas asume que con ella deberá convivir por siempre. La sombra del crimen estará siempre junto a él.
Por el contrario, Matchpoint representa el giro posmoderno de las últimas dos décadas. Woody Allen no es hoy el mismo que ayer, ni siquiera es, tal indica Andrés, "casi igual". Es una radicalización de aquel, ha sido el resultado de haber suprimido la culpa bajo un cálculo de supervivencia. O quizás, para ser mas precisos, los personajes del brillante Mr. Allen son una posmodernización de aquellos.
En fin, una vuelta de tuerca notable, en la que Woody Allen proyecta los profundos cambios vividos en dos décadas. En la primera refleja la culpa, precisamente en los dias en que vivía su ocaso, en la segunda muestra la consolidación poderosa y formidable de su ausencia. No obstante, como en Kafka, la ausencia no es vacío, sino fortaleza pura, un poder asentado sobre nuevas realidades y que se concibe a sí mismo en otros términos.
pd. Hace tiempo que vengo diciendo que el anónimo es un ganzo.
Ci vediamo.
Celebro el retorno del Coronel al blog y agradezco tan esmerado comentario.
Quisiera agregar algo a lo que dice el Coronel Buendía. Me quedé pensando sobre Matchpoint y cuál era su valor agregado por sobre Crímenes y Pecados. Comparto las palabras del Coronel en el sentido que uno puede ver a las películas en interrelación y esto definitivamente abona mi punto que Matchpoint es infinitamente más dura.
Matchpoint aparte de girar alrededor de la cuestión de un mundo en el que la justicia no se realiza y un mundo en el que en definitiva la moralidad no es ya una propiedad de nuestros actos, sino simplemente una alternativa por la que podemos optar o no. Es decir, si uno puede efectivamente superar la culpa y no sentir remordimiento de ser exitoso pisando cabezas, pues entonces la moralidad es contingente y no necesaria.
Ahora bien, Matchpoint desde un comienzo resalta con mucha más fuerza un punto que solo aparece apenas esbozado en Crímenes y Pecados: el azar, y eso le agrega mucho más brutalidad al mundo. El castigo o la impunidad no dependen de la naturaleza de nuestros actos, ni tampoco de la eficacia de la justicia, sino del mero azar, lo cual convierte al mundo en un lugar mucho más brutal.
Soy mujeer!!(soy anonimo) Me estoy bajando Crimenes y pecados.Cuando la vea opinoo!! Dejo mi nombre definitivoo como SONIA!.
Sonia: me alegra que hayas resuelto tus problemas de identidad. Pregunta: Sonia vos sos la comentarista que firmó como anónimo antes? Digo como para ir identificando.
Dicho sea de paso, gracias por salir del anonimato.
La mismaa que canta y baila(anonimo=anonima=Sonia). A Aureliano Buendia le digo que es en la primera entrada que me pongo a comentar... Y buen che... perdonen no habia visto la opcion "otros" y puse anonimo...listo?
Punto para Zabalita. El azar, tal como reflexionaba Maquiavelo, es determinante de la suerte de un hombre. Y en este caso, el azar va llevando los hechos con total naturalidad. Su poder llega casi al paroxismo con la escena de la alianza girando en el aire, replicando el golpe de la pelota en el fleje, pero en una segunda mirada vemos que el azar barre toda la historia. Los encuentros accidentales (y los que pretenden serlo), los imprevistos, los golpes de suerte van marcando el ritmo de la vida de Chris Wilton.
Pero se trata de un azar librado de toda consideración moral, es por completo cínico, podriamos decir una visión eficientista del azar, muy cercana a la mirada que Maquiavelo hubiera destinado sobre el azar.
Ahora, tal vez algunos recuerden otra película, quizás una obra menor, como Mighty Aphrodite, donde Woody Allen con cierto sarcarsmo traza una historia mínima como si se tratara de los actos de una tragedia griega. Sin embargo, en ese caso, como en las tragedias, los hombres luchan contra el destino impuesto por los dioses y, precisamente por eso, son tal cosa. En este caso, el azar es una cosa muy diferente al destino escrito en las estrellas.
Pero vuelvo una vez más a la idea de la culpa, porque creo que es, incluso más que el azar, la pieza central de la trama. En Matchpoint también aparece la idea de la confesión, tal como ocurría en la escena final de Crimes and Misdemeanors: Chris Wilton encuentra a un viejo colega y le cuenta qué ha sido su vida. Sin embargo, en esta confesión no se esconde la idea de redención, sino casi una legitimación del proceso en marcha. Mientras el personaje de Martin Landau intentaba descargar sus culpas, con cierta resignación, sabiendo que lo acompañarían por siempre, su alter ego concluye que sólo amoldarse a la situación es útil. El contraste no podría haber sido más brutal.
En fin, yo no sé si Dios existe, pero si existe debe ser Woody Allen.
Pd. Sonia, el mensaje no fue para vos, sino para alguien que firma como "el anónimo" que, para hacerla corta, es un ganzo.
Sigo insistiendo en que este muchacho es un genio sin par.
Acá tienen algo más del brillante artista neoyorkino:
http://www.elpais.com/articulo/revista/agosto/hombre/preguntas/dificiles/elpepucul/20070822elpepirdv_5/Tes
No tengo más nada que agregar. Disfurten.
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