domingo, junio 13, 2010

Derecha vergonzante

En este país pareciera que ser de derecha es el peor crimen que alguien puede haber cometido. Esta percepción es razonable si derecha es sinónimo de avalar crímenes de lesa humanidad. Ahora bien, han pasado ya unos 34 años desde el comienzo de la última dictadura militar y 26 y medio desde el retorno a la democracia. Tal vez es hora de que los políticos de derecha dejen de tratar de disfrazarse de algo que no son y admitan su condición, así como también que empecemos a cuestionar el estatus políticamente correcto de conceptos tales como "progresista" o "centro-izquierda". En todo caso cabe preguntarse si es posible la existencia en nuestro país de una derecha democrática, es decir de una derecha que acepte las reglas de juego de la democracia, a diferencia de lo que ocurrío en tiempos pasados cuando la derecha a falta de votos recurrió a las botas. Ser de derecha no es sinónimo de ser autoritario. Hay derechas autoritarias y derechas democráticas, así como también hay izquierdas democráticas e izquierdas para las cuales la democracia representativa es un régimen burgués. A qué viene este comentario? A la discusión generada por la postura del peronismo disidente frente a Macri. Luego de que Solá (quien a la hora de buscar socios electoralmente redituables o de buscar empleo no tuvo muchos reparos en pasar de la renovación al menemismo y de ahí al duhaldismo, para luego ir al kirchnerismo, etc.) declarara que Macri está a la derecha del peronismo (viendo la foto de Duhalde, Rodríguez Saá, De Narvaez, Romero y cia. me cuesta pensar en que haya dentro de los partidos con representación democrática algo que esté más a la derecha). Pero eso es poco al lado de las declaraciones del "montonero" Francisco De Narvaez que dice que el PRO tiene una visión "derechosa". Al final Perón se equivocó entonces, no eran todos peronistas, eran todos de izquierda. Si al final entonces todos son de izquierda que esperamos para la reforma agraria y del sistema impositivo?

A veces la izquierda y la centro izquierda se asemejan a la famosa escena de "una noche en la ópera" de los geniales hermanos Marx en la cual un número increíble de personas busca entrar en un cuarto de 2X2. Lo más grave del asunto es que está aun por verse cuanta gente decide su voto por categorías como "izquierda" o "derecha" antes que por otro tipo cosas. Mi percepción es que dentro del electorado la porción que vota por algún candidato pensando en si es de izquierda o derecha es ínfima (un sub-grupo dentro de los egresados de carreras de ciencias sociales y tal vez un par de empresarios con poca visión que creen que los gobiernos de derechas son buenos para ellos, y los de izquierda malos -digo esto porque en este país si gobierna la derecha los empresarios no necesariamente ganan como pasó con buena parte de los industriales durante El PRoceso/Dictadura o durante el menemismo, y si gobierna la Centro-Izquierda? los empresarios ganan, como ocurrió entre 2003 y 2007) y que la gran mayoría del electorado puede simpatizar con consignas de una u otra orientación, pero le asigna menos importancia a la etiqueta.

Como reflexión final solo me cabe pensar a la luz de las declaraciones de hoy de Francisco De Narvaez, que Capusotto tenía razón y que efectivamente De Narvaez es montonero (y por lo tanto debe renunciar).
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