Clarín y Reversal of Fortune
El domingo pasado Horacio Verbitsky cargó duramente contra el ex juez Gabriel Cavallo, hoy abogado de los hijos de la Directora de Clarín. Como juez federal Cavallo declaró la inconstitucionalidad de las leyes de la obediencia debida y punto final y como camarista la inconstitucionalidad de los indultos de Menem. Verbitsky se siente asqueado por la decisión de Cavallo de ser abogado de los hijos adoptivos de Ernestina Herrera de Noble y lo acusa de ser una persona sin principios.
Independientemente del resultado de los análisis de ADN y de la legalidad de los procedimientos de adopción de los hermanos Noble-Herrera, me cuesta entender la postura de Verbitsky o tal vez no me cueste mucho. La realidad es que nuestro sistema tiene como fundamento la presunción de inocencia y entonces hasta tanto no se pruebe que la señora Herrera de Noble no cometió un ilícito, debe presumirse que es inocente. El ex juez Cavallo, más allá de sus acciones pasadas como magistrado, es un profesional que presta un servicios y cobrará por ello jugosos honorarios. Como abogado, ya no le cabe la función de ser juez. El puede representar o no a la señora de Noble y los motivos por los que lo hace no cabe juzgarlos. Si así procediéramos, podríamos prescindir del sistema judicial e implementar las condenas de opinión. Presumiendo que alguien es culpable, nadie decente puede ni debe defenderlo. Y así, una disputa en los tribunales es una lucha entre el bien (donde seguramente estará Verbitsky) y el mal (donde estarán la directora de Clarín, la mesa de Enlace, la oposición, las Fuerzas Armadas, la Iglesia, el Fondo Monetario Internacional, las multinacionales, y los abogados de los grandes estudios que siempre defienden a estos jinetes del apocalipsis).
La decisión de Verbitsky de cuestionar a Gabriel Cavallo es tan ridícula como la crítica que recibió en su momento Alan Dershowitz por defender a Claus Von Bulow. El libro de Dershowitz "Reversal of Fortune" fue luego llevado al cine en una excelente película que tuvo como protagonistas Glenn Close, Ron Silverman y Jeremy Irons. Básicamente, un noble austríaco juerguista y mujeriego, casado con una mujer rica pero emocionalmente inestable, es acusado de haber alterado sus medicaciones con el objeto de asesinarla. El caso es real y si bien Sunny Von Bulow no murió en el momento, quedó en coma por varios años para luego sí, morir. Dershowitz, abogado de orientación liberal, no podía estar más en las antípodas de Von Bulow, pero sin embargo aceptó defenderlo. A qué viene esto? No es función de los abogados defensores juzgar a sus defendidos ni acusarlos. Para eso están los jueces y fiscales. De lo contrario, eliminemos la presunción de inocencia, suprimamos los juicios y erijamos a Horacio Verbitsky como juez supremo de las acciones de todos.
Independientemente del resultado de los análisis de ADN y de la legalidad de los procedimientos de adopción de los hermanos Noble-Herrera, me cuesta entender la postura de Verbitsky o tal vez no me cueste mucho. La realidad es que nuestro sistema tiene como fundamento la presunción de inocencia y entonces hasta tanto no se pruebe que la señora Herrera de Noble no cometió un ilícito, debe presumirse que es inocente. El ex juez Cavallo, más allá de sus acciones pasadas como magistrado, es un profesional que presta un servicios y cobrará por ello jugosos honorarios. Como abogado, ya no le cabe la función de ser juez. El puede representar o no a la señora de Noble y los motivos por los que lo hace no cabe juzgarlos. Si así procediéramos, podríamos prescindir del sistema judicial e implementar las condenas de opinión. Presumiendo que alguien es culpable, nadie decente puede ni debe defenderlo. Y así, una disputa en los tribunales es una lucha entre el bien (donde seguramente estará Verbitsky) y el mal (donde estarán la directora de Clarín, la mesa de Enlace, la oposición, las Fuerzas Armadas, la Iglesia, el Fondo Monetario Internacional, las multinacionales, y los abogados de los grandes estudios que siempre defienden a estos jinetes del apocalipsis).
La decisión de Verbitsky de cuestionar a Gabriel Cavallo es tan ridícula como la crítica que recibió en su momento Alan Dershowitz por defender a Claus Von Bulow. El libro de Dershowitz "Reversal of Fortune" fue luego llevado al cine en una excelente película que tuvo como protagonistas Glenn Close, Ron Silverman y Jeremy Irons. Básicamente, un noble austríaco juerguista y mujeriego, casado con una mujer rica pero emocionalmente inestable, es acusado de haber alterado sus medicaciones con el objeto de asesinarla. El caso es real y si bien Sunny Von Bulow no murió en el momento, quedó en coma por varios años para luego sí, morir. Dershowitz, abogado de orientación liberal, no podía estar más en las antípodas de Von Bulow, pero sin embargo aceptó defenderlo. A qué viene esto? No es función de los abogados defensores juzgar a sus defendidos ni acusarlos. Para eso están los jueces y fiscales. De lo contrario, eliminemos la presunción de inocencia, suprimamos los juicios y erijamos a Horacio Verbitsky como juez supremo de las acciones de todos.
4 Comments:
Verbitsky no hace un planteo de índole jurídica ni deontológica legal. Lo que planteas es la primer clase de derecho penal, en cualquier alta casa de estudios del país. Si uno prejuzga nadie defendería a los imputados. No se trata de eso. El cuestionamiento apunta a que, en determinados casos, la conducta no debe medirse desde la ética profesional sino desde posiciones morales. Con honestidad te digo, yo soy abogado, y no defendería por el simple delito de hurto, a personas genocidas. Agrego algo más en relación a este último. Cavallo había avalado el BNDG como camarista y ahora como letrado lo cuestiona. Lo que HV plantea es que no tiene posición moral. Es interesante que vos aplicas un estratagema de Schopenhauer y una falacia aristotélica. Planteas por el todo lo que es para la parte. Binder, prestigioso jurista, hace referencia a determinados casos en los que el poder se ejerce como modo de dominación de las personas. No dice que no haya que defender a nadie, vgr un tipo acusado de robar un pollo. Dice mire todos tienen derecho de defensa, pero si Ud. tiene un posición moral y ética tomada sobre una cuestión, no puede defender a lo opuesto. No se trata de que Ernestina sea culpable del delito que se le imputa sino que es responsable de ejercer el poder de determinada manera (se puede o no estar de acuerdo con ese modo). Está perfecto que la defienda un letrado que cree en esa forma de ejercerlo, pero no una que cree en lo opuesto. De otro modo, todo es relativo y somos todos mercenarios.
En el mundo de Horacio Verbitsky no es necesario ni poder judicial, ni derecho a la defensa en juicio, ni presunción de inocencia. El solito haría más que encantado de juez, jurado y verdugo...
Saludos!
Enrique, muchas gracias por el comentario. Y es cierto, todos somos mercenarios, pero algunos son más mercenarios que otros y diría que el impoluto Verbitsky entra en el top 10.
"...había avalado el BNDG como camarista y ahora como letrado lo cuestiona. Lo que HV plantea es que no tiene posición moral."
Cabe preguntarse si no habrá algún otro motivo legítimo para que alguien con una posición moral cambie de opinión. Digamos, por ejemplo, si el BNDG hubiera sido intervenido o puesto bajo control de funcionarios serviles al oficialismo (cualquier parecido con la realidad debe ser coincidencia, ¿no?).
Por otro lado, poner las palabras "Verbitsky" y "posición moral" en una misma oración me provoca urticaria...
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