Grecia: y por qué no el default?
Desde Febrero somos testigos de la llamada crisis griega. Un nuevo gobierno descubre que las finanzas públicas estaban en una situación bastante más calamitosa de lo que el gobierno saliente admitía públicamente. Esta información una vez que lleva al mercado lleva a una venta masiva de deuda soberana griega que eleva sustancialmente los rendimientos y que pone a Grecia en una situación crítica cercana al default. El análisis de los fundamentos griegos muestra a una economía con un tipo de cambio sobrevaluado, una cuenta corriente deficitaria, un déficit fiscal por encima de 10% del PBI y fuertes vencimientos. Claramente los griegos consumieron por encima de sus posibilidades y hubo alguien que financió ese sobre consumo. Se dispara la crisis y ya la idea de que un país de la zona euro deba apelar al FMI se vuelve tabú. Sin embargo, la locomotora, el país que debería salir a respaldar a Grecia y asumir el costo del liderazgo (luego de capturar sus beneficios), opta por lavarse las manos. O al menos intenta hacerlo hasta que Francia decide evitar que la Merkel se haga la otaria.
Finalmente, tras un compromiso griego de adoptar duras medidas de austeridad y de la promesa franco-alemana de respaldo, la situación se calma un poco. Así y todo, los mercados siguen jugando al juego del riesgo moral: le cobran cada vez más caro a Grecia refinanciar sus vencimientos mientras que esperan el rescate de la UE+FMI que luego de décadas de prestarle a países en desarrollo o en transición hace su retorno triunfal a la Europa desarrollada.
Este es el juego que hemos venido observando desde Febrero y que, salvo por las cifras (horriblemente peores en el caso de Grecia), se parece mucho a la crisis argentina de 2001-02. Hoy es Alemania la que pone como condición un "Plan sustentable" para liberar recursos del blindaje de EU 45mil millones comprometido por la UE y el Fondo. Ayer era Estados Unidos. Hoy Merkel se muestra reacia a gastar el dinero de los contribuyentes alemanes en rescatar a Grecia y ayer O'Neill decía que no había que malgastar el dinero de los plomeros y carpinteros en el rescate de países corruptos del tercer mundo. Merkel propone la salida del euro para quienes los de el cuero, como O'Neill en el pasado poco más que sellaba la suerte de la convertibilidad (jugada mucho tiempo antes).
En Grecia vemos que el gobierno jaqueado ante las demandas de Alemania por un lado, y de los insaciables mercados por el otro, debe anunciar medidas impopulares y aplicar un ajuste draconiano (sino era en Grecia donde podía aplicarse semejante ajuste, no?), mientras que las calificadoras de riesgo le siguen bajando la nota y los mercados le siguen subiendo el costo de refinanciar la deuda a pesar del megapaquete de los 45 mil millones de euros.
Es evidente que ese cuentito de enviar señales a los mercados en casos como este carece absolutamente de sentido. Grecia no puede devaluar, y ajustar por via de la deflación para volver a ser sustentable le va a llevar tanto tiempo y demandar un costo tan alto que no tiene sentido. El plan sustentable que pide Angela Merkel no tiene razón de ser. En opinión de este blog a Grecia le quedan dos opciones: a)"la argentina" o b)"la uruguaya"
La argentina es lisa y llanamente anunciar ante un grupo a aplauso batiente la decisión de suspender el pago de la deuda externa y al día siguiente cargar con los costos de ello. La uruguaya es más amigable: plantear lisa y llanamente una reestructuración de deuda bajo la amenaza de que si no es exitosa, no quedará otra que hacer la del Adolfo. Y la uruguaya debe hacerse con el respaldo del FMI y Alemania bajo el simple argumento de que ni esta deuda es sostenible ni tampoco la austeridad que reclama Alemania.
Y si los mercados se cabrean, pues queda una alternativa mejor en mi opinión: la alternativa "rebelión en la granja". Que los PIGS (Portugal+Italy+Greece+Spain), en caso que los mercados opten por dispensarles el mismo trato, abandonen la estrategia de diferenciarse y en vez de ello formen un cartel de deudores y planteen la reestructuración amigable en forma conjunta mandando a tomar por culo a Alemania y sobre todo a los tenedores de deuda.
La experiencia argentina de 2001 es bastante ilustrativa sobre la inutilidad de los ajustes draconianos y de los blindajes una vez que se supera cierto umbral.
Finalmente, tras un compromiso griego de adoptar duras medidas de austeridad y de la promesa franco-alemana de respaldo, la situación se calma un poco. Así y todo, los mercados siguen jugando al juego del riesgo moral: le cobran cada vez más caro a Grecia refinanciar sus vencimientos mientras que esperan el rescate de la UE+FMI que luego de décadas de prestarle a países en desarrollo o en transición hace su retorno triunfal a la Europa desarrollada.
Este es el juego que hemos venido observando desde Febrero y que, salvo por las cifras (horriblemente peores en el caso de Grecia), se parece mucho a la crisis argentina de 2001-02. Hoy es Alemania la que pone como condición un "Plan sustentable" para liberar recursos del blindaje de EU 45mil millones comprometido por la UE y el Fondo. Ayer era Estados Unidos. Hoy Merkel se muestra reacia a gastar el dinero de los contribuyentes alemanes en rescatar a Grecia y ayer O'Neill decía que no había que malgastar el dinero de los plomeros y carpinteros en el rescate de países corruptos del tercer mundo. Merkel propone la salida del euro para quienes los de el cuero, como O'Neill en el pasado poco más que sellaba la suerte de la convertibilidad (jugada mucho tiempo antes).
En Grecia vemos que el gobierno jaqueado ante las demandas de Alemania por un lado, y de los insaciables mercados por el otro, debe anunciar medidas impopulares y aplicar un ajuste draconiano (sino era en Grecia donde podía aplicarse semejante ajuste, no?), mientras que las calificadoras de riesgo le siguen bajando la nota y los mercados le siguen subiendo el costo de refinanciar la deuda a pesar del megapaquete de los 45 mil millones de euros.
Es evidente que ese cuentito de enviar señales a los mercados en casos como este carece absolutamente de sentido. Grecia no puede devaluar, y ajustar por via de la deflación para volver a ser sustentable le va a llevar tanto tiempo y demandar un costo tan alto que no tiene sentido. El plan sustentable que pide Angela Merkel no tiene razón de ser. En opinión de este blog a Grecia le quedan dos opciones: a)"la argentina" o b)"la uruguaya"
La argentina es lisa y llanamente anunciar ante un grupo a aplauso batiente la decisión de suspender el pago de la deuda externa y al día siguiente cargar con los costos de ello. La uruguaya es más amigable: plantear lisa y llanamente una reestructuración de deuda bajo la amenaza de que si no es exitosa, no quedará otra que hacer la del Adolfo. Y la uruguaya debe hacerse con el respaldo del FMI y Alemania bajo el simple argumento de que ni esta deuda es sostenible ni tampoco la austeridad que reclama Alemania.
Y si los mercados se cabrean, pues queda una alternativa mejor en mi opinión: la alternativa "rebelión en la granja". Que los PIGS (Portugal+Italy+Greece+Spain), en caso que los mercados opten por dispensarles el mismo trato, abandonen la estrategia de diferenciarse y en vez de ello formen un cartel de deudores y planteen la reestructuración amigable en forma conjunta mandando a tomar por culo a Alemania y sobre todo a los tenedores de deuda.
La experiencia argentina de 2001 es bastante ilustrativa sobre la inutilidad de los ajustes draconianos y de los blindajes una vez que se supera cierto umbral.
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