Con aire de gavilán pollero...

como el del dibujito de la Warner Bros. leo en los diarios que Cristina le cantó las 40 a Sarkozy en la cumbre del G20. Pero leo también que ningún medio francés -según dicen diarios locales- le prestó mucha atención al incidente. Me vienen algunas reflexiones al respecto:
1) Aire de Deja-Vu: al comienzo del ciclo K, Néstor se peleaba con la canciller de Aznar por el tema tarifas; reprochaba a Enrique Iglesias por su apoyo a Machinea como secretario de la CEPAL y no perdía oportunidad de reprochar a jefes de estado de países industrializados o a sus ministros de RR.EE. Los diarios locales le daban amplia cobertura a estos "incidentes" que siempre eran relatados "por fuentes gubernamentales bien informadas". Lo curioso es que estos incidentes nunca recibían la menor atención de la prensa extranjera ya fuera porque o bien no existían -y eso era lo que los voceros de otros gobiernos señalaban- o tal vez porque era poco relevante el episodio, o al menos, de una relevancia menor a la que pretendían darle los voceros del gobierno.
2) Sin tener la más mínima simpatía por Sarkozy, me animaría a decir que si el cruce entre el presidente francés y nuestra jefa de estado existió, no deja de recordarme a cuando Francisco Manrique retó a Perón a debatir, a lo que Perón respondió con una respuesta tanto aguda como hilarante, diciendo que la propuesta de Manrique equivalía a comprometerse a hacer un asado donde él (Perón) pondría una vaca y Manrique un pollo.

En el 2003 creo que podía tener rentabilidad política sacudir a mandatarios extranjeros de países industrializados. Veníamos del 2001, momento en que con algo de justicia podíamos sentir que las grandes potencias nos habían condenado al ostracismo y nos habían usado de conejillo de indias. Hoy, no me queda tan claro que sea buena estrategia mostrarse como pendenciero pour la gallerie, aun si comparto la idea de que lo que está haciendo Europa impulsada por Ángela Merkel es lisa y llanamente suicidar a la Unión Europea tal como la conocemos.