Bye Bye Mr. Redrado
La conferencia de prensa en la que Martín Redrado anuncia su dimisión es básicamente un verdadero chiste! Su resistencia a aceptar sin más la incautación de las reservas para el tan mentado Fondo del Bicentenario ciertamente le ha dado un barniz de dignidad que tal vez no merecía. Es cierto lo que dijo sobre los intentos del gobierno de manotear las reservas en anteriores oportunidadas y como su resistencia impidió eso. Un funcionario de un organismo multilateral alguna vez me dijo en privado "a Redrado no debe juzgárselo por lo que hace sino por lo que impide que hagan" y posiblemente tenga razón. Podría decir otras cosas positivas sobre Redrado.
Pero creo que aunque no es tarea de la comisión bicameral juzgar otra cosa que no sea su resistencia al decreto que creó el pomposo Fondo del Bicentenario, la verdad es que su gestión como presidente del BCRA deja bastante que desear.
Redrado podrá decir que durante todos los años en que estuvo al frente del BCRA se cumplieron siempre las metas del programa monetario, que no hubo crisis en el sistema financiero y que las reservas crecieron notablemente. Ahora bien, lo que no podrá decir es que cumplió con la función que le manda la ley. La Carta Orgánica del BCRA dice que la principal meta de esta entidad es preservar el valor de la moneda, y lo cierto es que si dejamos de lado las mentiras del INDEC, durante la gestión de Redrado la inflación de dos dígitos llegó y para quedarse. La política monetaria no tiene toda la culpa, como bien lo han señalado los informes del BCRA o el propio Redrado, pero así y todo, si él no compartía la política económica del gobierno o sentía que la política fiscal del gobierno impedía cumplir con su tarea, debería haber renunciado hace mucho tiempo.
Redrado fue sensible a los deseos de los Kirchner de concentrarse en mantener un tipo de cambio depreciado antes de centrarse en controlar la inflación. Los clásicos señalaban que la justicia es la única virtud en la cual se puede disociar la intención del agente de la naturaleza del acto. Redrado hizo justicia a su gestión al resistir un decreto que podría haberle servido en bandeja de plata las reservas a los fondos buitres. Sin embargo, es claro que lo hizo pensando en su futuro político y judicial. Si accedía en forma pasiva, el cambio de equilibrio político que ya se avizora lo encontraría en offside, augurándole una estadía prolongada en tribunales. Pero bueno, hizo lo que hizo por los motivos que fuera, pero al menos lo hizo. Por las razones que sean tuvo algo de dignidad sobre el final de su gestión y evitó un mal mayor.
Pero fue cómplice de la inflación que ha contribuido y no en poca medida a aumentar la población bajo la línea de pobreza. Toleró integrar un directorio que es lisa y llanamente vergonzoso. Y no es una cuestión de ortodoxias o heterodoxias. Basta con ver quienes están en el directorio del Central y compararlo con Brasil y Chile, y lisa y llanamente sentir vergüenza porque son una banda. Se añoran los tiempos en que gente como Alfonso Prat-Gay y Pedro Lacoste estaban en el Central. Pero ahí están impresentables como Gabriela Ciganotto, Waldo Farías, Carlos Sánchez, Arnaldo Bocco y el propio Pesce, un oportunista que aspira a que sus ex correligionarios le perdonen sus 15 minutos de kirchnerismo, cuando soplen otros vientos.
Adios Redrado! si te extrañamos es porque lo que queda al frente del Central solo puede augurar malas noticias dado que solo cabe esperar más genuflexión. La inflación, bien gracias.
PD: se termina el mes de enero y no puedo dejar de pensar cuánta torpeza se requiere para generar una crisis política cuando dos de los poderes del estado están dormidos y para tornar a Martín Redrado en martir!
Pero creo que aunque no es tarea de la comisión bicameral juzgar otra cosa que no sea su resistencia al decreto que creó el pomposo Fondo del Bicentenario, la verdad es que su gestión como presidente del BCRA deja bastante que desear.
Redrado podrá decir que durante todos los años en que estuvo al frente del BCRA se cumplieron siempre las metas del programa monetario, que no hubo crisis en el sistema financiero y que las reservas crecieron notablemente. Ahora bien, lo que no podrá decir es que cumplió con la función que le manda la ley. La Carta Orgánica del BCRA dice que la principal meta de esta entidad es preservar el valor de la moneda, y lo cierto es que si dejamos de lado las mentiras del INDEC, durante la gestión de Redrado la inflación de dos dígitos llegó y para quedarse. La política monetaria no tiene toda la culpa, como bien lo han señalado los informes del BCRA o el propio Redrado, pero así y todo, si él no compartía la política económica del gobierno o sentía que la política fiscal del gobierno impedía cumplir con su tarea, debería haber renunciado hace mucho tiempo.
Redrado fue sensible a los deseos de los Kirchner de concentrarse en mantener un tipo de cambio depreciado antes de centrarse en controlar la inflación. Los clásicos señalaban que la justicia es la única virtud en la cual se puede disociar la intención del agente de la naturaleza del acto. Redrado hizo justicia a su gestión al resistir un decreto que podría haberle servido en bandeja de plata las reservas a los fondos buitres. Sin embargo, es claro que lo hizo pensando en su futuro político y judicial. Si accedía en forma pasiva, el cambio de equilibrio político que ya se avizora lo encontraría en offside, augurándole una estadía prolongada en tribunales. Pero bueno, hizo lo que hizo por los motivos que fuera, pero al menos lo hizo. Por las razones que sean tuvo algo de dignidad sobre el final de su gestión y evitó un mal mayor.
Pero fue cómplice de la inflación que ha contribuido y no en poca medida a aumentar la población bajo la línea de pobreza. Toleró integrar un directorio que es lisa y llanamente vergonzoso. Y no es una cuestión de ortodoxias o heterodoxias. Basta con ver quienes están en el directorio del Central y compararlo con Brasil y Chile, y lisa y llanamente sentir vergüenza porque son una banda. Se añoran los tiempos en que gente como Alfonso Prat-Gay y Pedro Lacoste estaban en el Central. Pero ahí están impresentables como Gabriela Ciganotto, Waldo Farías, Carlos Sánchez, Arnaldo Bocco y el propio Pesce, un oportunista que aspira a que sus ex correligionarios le perdonen sus 15 minutos de kirchnerismo, cuando soplen otros vientos.
Adios Redrado! si te extrañamos es porque lo que queda al frente del Central solo puede augurar malas noticias dado que solo cabe esperar más genuflexión. La inflación, bien gracias.
PD: se termina el mes de enero y no puedo dejar de pensar cuánta torpeza se requiere para generar una crisis política cuando dos de los poderes del estado están dormidos y para tornar a Martín Redrado en martir!
2 Comments:
Bueno, como dicen los psicoanalistas, el inconsciente se expresa en el lenguaje. Por fin queda claro, a través de tu post, que Redrado era ducho en impedir. El juicio favorable de quien ha dicho eso (organismos multilaterales)en relación a su virtud, me exime de todo comentario.
Ojo, sólo ha impedido determinado tipo de cosas, porque por otras no hizo nada en impedirlas (v.gr.la fuga de capitales, ver si no reportaje a Vanoli, Pdte.de la Comisión Nacional de Valores)
Pues no era tan ducho en impedir mi estimado comentarista. No impidió que la inflación se duplicara en cada año que estuvo al frente del BCRA, salvo 2009 en el que una bruta recesión hizo que la inflación bajará pero sólo hasta un 13% anual.
En materia de frenar cosas, frenó las que debía pero obvio frenar una escalada de precios, y la verdad es que esa es de acuerdo a la carta orgánica actual del BCRA la misión del Central: preservar el valor de la moneda.
Redrado queda como héroe a pesar de haber sido un horrible banquero central en lo que a su misión primaria se refiere.
Sí hizo muchas cosas, entre ellas seguir al pie de la letra la política de tipo de cambio depreciado (la inflación galopante me exhime de utilizar la palabra competitivo, ya que creo que a esta altura del partido la competitividad del peso no es tanto una consecuencia de la política del gobierno, como de la política de los demás bancos centrales del mundo) y comprar el excedente de dólares que entraban por la vía comercial.
Respecto a la fuga, Vanoli puede boquear todo lo que quiera, pero cuando la guita quiere salir del circuito oficial (ya sea ir a otro país o ir al colchón), sale. Citando a Jurassic Park, "nature finds its way" y lo mismo ocurre con el dinero. "Fuga de capitales" no necesariamente es guita que se va al Uruguay o Suiza, a veces es sencillamente guita que se va al colchón de casita por el temor a una violación de los derechos de propiedad.
También es consecuencia de una decisión de inversores extranjeros que felices con la posibilidad de haber realizado una bruta ganancia en dólares que no se consigue fácilmente en el resto del mundo, deciden finalmente ir a lugares de menor rendimiento, pero con algo más de estabilidad, dispuestos nuevamente a volver una vez que los precios de oferta y rendimientos altos vuelvan atractiva a la Argentina nuevamente (como ocurrió en el segundo semestre del año pasado).
De cualquier modo, Redrado ya es un episodio superado y ahora veremos si Marcó del Pont convence a los Kirchner de que la inflación les está comiendo capital político, afectando ya no a las clases altas (que nunca los votaron) o a las clases medias (que tal vez los votaron pero que no lo harán en un futuro) sino a los sectores populares cuyos ingresos están siendo brutalmente licuados desde que la inflación de dos dígitos se instalara en nuestro país allá lejos y hace tiempo en 2005.
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