Mis vecinos...

Suele decirse que la llegada de un hijo es una bendición para la casa. No parece ser el caso de mis vecinos de la Planta Baja. Siempre he tenido muy buena onda con los bebes. Las parejas amigas casadas y con hijos pueden dar fe de ello, al punto que suelen hacerme chistes diciendo que van a dejarme a sus bebes para que los cuide. Asi es, siempre me han gustado los bebes, pero el de la Planta Baja es lisa y llanamente insufrible. Berrea todo el dia y lo hace con una intensidad llamativa. Manejo varias hipótesis: una es que el niño de marras en un soberano rompebolas; otra es que su madre o su niñera le aplican torturas físicas buscando algún tipo de confesión y finalmente, la hipótesis que más convence es que definitivamente el Cuco o el Viejo de la Bolsa habitan en algún compartimento secreto de la Planta Baja.