Pensamientos en la mañana del domingo...

Hoy Cristina Kirchner abrirá un nuevo período de sesiones ordinarias del Congreso. El clima previo cuando menos está bastante enrarecido. En estas ocasiones los presidentes hacen un balance del año y fijan lineamientos de lo que serán las políticas del gobierno en el año venidero. Sin embargo, el balance es pobre y en cuanto a los lineamientos venideros tengo la impresión que el gobierno irá por más, doblando la apuesta y abriendo nuevos frentes de conflicto. Leo el house organ del gobierno, Página 12, y su vocero, Horacio Verbitsky, da por sentado que Cristina anunciará la nacionalización del comercio de granos, pero que también cargará contra los multimedios. Gobierno 12 también incluye un reportaje a Etchegaray diciendo que una vez finalizado el blanqueo de capitales, cargarán fuerte contra los evasores que no hayan aprovechado esta oportunidad. No queda claro si realmente el titular de la AFIP habla en serio o si lo que busca es meter miedo y lograr que el chiquitaje que tiene dólares en cajas de seguridad vuelva al sistema, o si su target son los 100-130 mil millones de dólares que los argentinos con capacidad de ahorro han acopiado en el exterior.

La lectura de Oficialismo 12 me deja preocupado. Intuyo un 2009 más conflictivo que 2008. Hay razones estructurales para que haya un incremento de la conflictividad: por culpa de la crisis, pero también de la impericia de los Kirchner, la torta se achica y el pedazo que le toca a cada uno es menor, y ello siempre deja a la gente descontenta. Aparte es evidente que la puja por evitar que la reducción en la porción de cada uno sea mayor va a ser intensa. Pero a ello Cristina amenaza con agregarle un nuevo conflicto con el campo, una reedición de la pelea con Clarín y las palabras de Etchegaray dejan la duda sobre si una vez que termine el blanqueo no irán por la apertura de las cajas de seguridad, algo que hoy solo se puede efectuar mediante una orden judicial.

La desesperación es mala consejera. Y el gobierno da signos de estar desesperado por la perspectiva de una derrota en octubre. El aislamiento tampoco es bueno. Decisiones fundamentales que deberían incluir al menos una ronda de consultas en el gabinete, se adoptan en una mesa demasiado chica, incrementando notoriamente el margen de error (irónicamente, en la implementación afloran las internas lo cual termina por limitar las decisiones de gobierno a meros anuncios mediáticos). En concreto, si realmente Cristina cree que va a relanzar su gestión enfrentando a Clarín y enojando al sector que provee divisas y que explica algo más del 10% de la recaudación y la casi totalidad del superávit primario, pues entra en un sendero peligroso con dudoso final.

Desconozco que va a anunciar hoy Cristina Kirchner, peor me animo a decir que si llega a implementar por decreto la creación de algún ente para monopolizar el comercio de granos, las cacerolas y los cortes de ruta (de la abundancia) van a volver. Si decidiera hacerlo por ley, la sangría de diputados justicialistas va a ser mayor y no habrá necesidad de llamarlo a Cobos para que nuevamente emita un voto no positivo. Si a eso le sumamos la decisión de ir contra Clarín (que no me parece mala en el fondo, sino por el sentido de la oportunidad, y sospechosa porque quienes la adoptan están adquiriendo una importante participación en los medios mediante empresarios amigos y porque justamente los Kirchner favorecieron al monopolio Clarín regalándole la fusión entre Cablevisión y Multicanal) es claro que el gobierno ha optado por el camino de la confrontación, bajo la creencia que ello le permitirá construir como lo podía hacer en el 2003, 2004 y 2005. Peligrosa elección y mal timing.