jueves, julio 05, 2007

Nimiedades o Crónica de una crisis anunciada

A esta altura no escapa a nadie que nuestros problemas en materia energética distan de ser nimios. El presidente tiene razón cuando dice que este es un problema de crecimiento. Si el PBI no hubiera crecido a ritmo de 9% en los últimos cuatro años probablemente la demanda de energía no habría aumentado y la actual oferta energética sería suficiente. Debemos congratularnos de tener problemas asociados al crecimiento antes que a la recesión. Dicho esto, la pregunta es ¿por qué no se invirtió? Semejante ritmo de crecimiento debería haber estado acompañado por un boom de inversiones en materia de energía. Como sabemos no es así y le guste o no a K, no hay otro responsable más que él.

Nuestras restricciones en materia energética no comenzaron con las frías temperaturas de este invierno. Comenzaron en marzo de 2004 cuando nuestra producción de gas no resultó suficiente para abastecer al mercado interno y cumplir los contratos de exportación. El gobierno correctamente restringió las exportaciones, dispuso un sendero de recomposición del precio mayorista del gas y diseñó un plan de ahorro de energía. Lamentablemente, la recomposición del precio del gas se dejó de lado y el plan de ahorro de energía (el malhadado PURE) también. La tapa del diario pesó más que una racionalidad de largo plazo.

¿Por qué hay crisis entonces? Porque las empresas no invierten
¿Por qué no invierten? Porque es obvio que solo lo hacen si tienen la perspectiva de ganar guita y con el actual esquema de precios congelados desde 2002, estas perspectivas no son halagüeñas
¿Por qué no invierte el estado entonces? Es una posibilidad que no hay que descartar por atavismos ideológicos. El propio Adam Smith lo justificaría. Me da la impresión que las restricciones fiscales (a pesar del superávit primario del 3 y pico del PBI, hay que pagar la deuda y los gastos corrientes) impiden que el estado sea el que lidere el proceso de inversiones necesarias como para aumentar la oferta energética.


¿Qué se ha hecho? Poco y nada: el gobierno anunció la terminación de Atucha II (para 2010) y de Yaciretá (¿para el año que viene?), firmó un acuerdo para aumentar la provisión de gas de Bolivia (pero aun estamos esperando que termine el gasoducto que permita aumentar los actuales 7 mm3 diarios a 27mm3) y obligó poniéndoles un revólver en la cabeza a empresas generadoras de energía a financiar la construcción de dos centrales (que necesitan críticamente del gas boliviano) que planeadas en 2004 aun no sabemos si en 2008 estarán listas. Además de esto comenzó a importar fuel-oil de Venezuela (más caro y más choto que el gas natural, pero es lo que hay Zabalita) para las generadoras eléctricas (como el fuel es más caro que el gas, el gobierno les subsidia a las generadoras este perjuicio a través de un fideicomiso).

¿Qué no se hizo? Dar una señal de precios. Sí, subir las tarifas. Kirchner podía haber hecho con las empresas de servicios públicos, y con las empresas generadoras de energía lo mismo que hizo con los bonistas: negociar en términos duros, pero negociar al fin y llegar a un acuerdo en torno al controvertido tema de los ajustes tarifarios. Temiendo una tapa negativa de los diarios, optó por confiar en el clima y lograr acuerdos transitorios que lo único que hacen es establecer un subsidio de la industria a los clientes residenciales. Sí, hoy se está subsidiando la energía de la clase media y alta. Y mientras que debido a los cortes de energía a empresas se suspenden trabajadores, en Recoleta, Barrio Norte, Belgrano, San Isidro y demás áreas donde convengamos que la plata no falta, el consumo de energía no da muestras de moderación. Peor, en el interior, en el caso de la electricidad, los precios aumentaron hace tiempo. O sea que el subsidio también es del interior a la Capital y zonas aledañas.

Todo esto se sabe desde hace tres años. Si pensamos que 2005 no era un buen año para retocar precios debido a las legislativas, el gobierno tuvo dos años, el 2004 y 2006, para precaverse y evitar depender de algo tan variable como el clima. De hecho, lo que hoy ocurre pudo haber ocurrido en 2005 y 2006 y si no fue así, sencillamente se debe a que no hizo tanto frío. En este punto el gobierno tiene razón. Pero la acción de gobernar supone estar preparado para lidiar con estos imponderables y tratar de evitarlos.

El temor a la tapa de los diarios y el miedo a ser visto como cómplice de las empresas privatizadas no es una excusa válida. ¿O acaso no le pagamos al 'demonio' por anticipado y en cash 10 mil millones de dólares? Si eso se podía hacer y presentarlo favorablemente ante la opinión pública (imagínense si lo hubiera hecho López Murphy lo que diría Basura 12) ¿acaso no se podía administrar un ajuste en los precios energéticos?

Veo a muchos idiotas alegrarse por esta crisis, tratando de sacar rédito político de cara a octubre. Se rigen por la lógica del 'cuanto peor, mejor'. Yo no me alegro. No me hace gracia un país a oscuras, en el que las actuales restricciones ponen límites al crecimiento y probablemente moderen el ritmo de creación de empleos (uno de los mayores logros de esta administración). No me alegro, pero sí me da bronca pensar que todo esto se podía haber evitado, que hubo tres años para hacerlo, que el Estado tenía el poder para negociar en términos favorables con las prestadoras de servicios públicos y que al final se hizo poco y nada.

PD: creer que los aprietes de Moreno van a solucionar la crisis energética es tan ingenuo como creer que la inflación se suprime designando a la mafiosa de Beatriz Paglieri en el INDEC
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