Y siguen los nervios...

Sí, los progres están muy alterados. De acá hasta que termine la segunda vuelta, salvo que haya un cataclismo, van a estar entre histéricos y culposos, casi como cuando las chicas están con andrés. Ayer por ejemplo, lo oía a Mario Wainfeld, un excelente periodista y analista, hoy devenido en intelectual orgánico del ladriprogresismo. Los desespera el triunfo de Macri. No entienden que la gente haya votado a 'la derecha'. Sigo creyendo que existen la derecha y la izquierda, y no dudo en pensar en Macri como alguien que está a la derecha (habría que ver, a la derecha de quien, y también qué clase de derecha representa Macri, porque hay derechas y derechas convengamos), pero yo no veo como un hecho tan trágico la alternancia: Macri no es Chávez, Macri no es Le Pen y a pesar de muchas similitudes, me animo a decir que Macri no es comparable ni a Berlusconi ni a Alvaro Noboa (a pesar de Jaime Durán Barba). Pienso en Macri más como en Joaquín Lavín y así y todo no me parece correcta la comparación.

Pero repito, no es una tragedia el triunfo de Macri. Es la alternancia. Si siempre que el péndulo se mueva para un lado o para otro, vamos a pensar en términos de cataclismos históricos, va a ser difícil que aceptemos la alternancia que es una característica propia de la democracia. Macri no es la derecha rancia de la dictadura, ni el gobierno de Kirchner es un gobierno montonero que quiere realizar el sueño de la Patria Socialista. Y así como Alfonsín pedía en sus actos 'un médico a la derecha...' yo pido un poco de tolerancia a la derecha y a la izquierda por favor.