Lo importante...
no es saber en qué momento se jodió la Argentina como reza el disclaimer de este blog. Sirve de algo saber cuándo nos jodimos? No, interesa sí reconocer que estamos jodidos y que al paso que vamos estaremos jodidos mucho tiempo. Es más, tal vez debería cambiar la pregunta y en vez de preguntar cuándo se jodió la Argentina, preguntar cuándo se arreglara. Mi respuesta: no se si ese día llegará, pero si llegá, creo que quien postea y quienes aun se dignan en comentar los posteos lo verán pero desde abajo o desde arriba (dependiendo qué tan buenos o malos hayan sido en esta vida).
8 Comments:
Siempre es lindo leer posteos que suben el ánimo!.
Si bien hemos desperdiciado una nueva oportunidad de poner al país en la buena senda, yo sigo teniendo fe en que voy a poder ver cómo nuestro país de una buena vez sea un lugar apropiado para vivir y progresar.
Eso si, siempre que en 2011 no votemos a Carrió...
A punto de cumplir 34 largos años, de los cuales 33 los vivi en la Argentina, no tengo mucho lugar para el optimismo respecto de nuestro país. No hay un cataclismo esperándonos sino tan solo una dilatada continuidad de nuestra ya bastante dilatada decadencia. Muchas veces en epocas optimistas solia rebatir la clase de argumentos que hoy esgrimo diciendo que en 1850 escaso lugar habia para el optimismo si uno tomaba en cuenta la larga noche rosista (al carajo con los revisionistas de mierda. Lo de Rosas fue una cagada, aunque hoy lo mistifiquen como alguien nacional y popular. Fue un terrateniente oligarca que queria preservar a nuestro pais en un estado de convento medieval retrograd). Pero en ese entonces existian Alberdi y Sarmiento con sus ideas, y la entonces necesaria espada de Urquiza (que más allá de su pasado como proveedor corrupto del ejército argentino en la guerra contra el Brasil y del ejercicio despótico del poder como gobernador de Entre Ríos, supo tener sus quince minutos de estadista).
Hoy la espada de Urquiza no es necesaria afortunadamente, pero ya no tenemos a Alberdi y a Sarmiento.
No guardo mucho lugar para el optimismo. Se descubrirá primero la solución a la calvicie y la cura del sida antes que la Argentina abandone su ya sempiterno sendero de estancamiento.
¿acaso soy el único lector optimista?
Se que alguno que otro más debe haber...
Mas alla de que 34 años es un tiempo considerable para una persona humana, creo que 200 son pocos para una Nacion.
Me sumo al optimismo de " el jardin de los anchorena".
Animo hombre. solo sabemos que no se arregla en tanto y en cuanto sigamos votando gente como las que tenemos en el gobierno. Te invito a visitar mi blog "LA BIBLIA Y EL CALEFÓN" en: www.marioalbornoz.blogspot.com ANIMO!!!!!
Yo a veces me pongo optimista con el futuro del país, pero se me pasa con la resaca. Tengo menos años que Ud. y llevo aún menos años observando la política con un mínimo de criterio, pero coincido con el panorama pesimista. En particular cuando veo a los estudiantes de ciencias políticas presentándose en el programa de grondona (o en la revista de la nación) como la clase dirigente del futuro que va a salvar el país...
En defensa de los estudiantes, diría que la culpa no es de ellos sino de los medios que alimentan esa visión de "la juventud" como esperanza del país.
La realidad es que hubo buenas juventudes y otras no tan buenas. Los jóvenes del 37, muchos de los cuales después integraron tardíamente la generación del ochenta son un ejemplo de buena juventud.
Los jóvenes setentistas son un buen ejemplo de desperdicio de capacidades, aparte de que fueron títeres del Viejo y terminaron donde nunca deberían haber terminado: en el exilio o en el fondo del Río de la Plata y el Oceáno Atlántico.
Los más de mayor capacidad intelectual, aunque a mi juicio al servicio de una causa equivocada y con medios peores, quedaron en el camino. Los peores (Firmenich, Vaca Narvaja, Perdía, y siguen las firmas) quedaron.
Es un cliché de los medios cifrar las esperanzas en los jóvenes como portadores del cambio. La realidad es que pueden serlo como no. E incluso pueden ser portadores de cambios negativos. O acaso no existieron las juventudes hitleristas de la cual algún conspicuo y conocido personaje fue parte?
Pero insisto la culpa no de los que aparecen en esa nota, sino del medio que está más al pedo que concha de mula, como diría mi abuela sin sonrojarse, y no tiene mejor idea que publicar una nota tan pero tan original.
Tampoco es ese el problema. Lo importante es quemante: poner un grano de arena y arriesgar una idea para las soluciones.
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