domingo, octubre 26, 2008

Jugando al juego de la gallina

Pareciera que estamos frente a una nueva 125. Ya los diarios hablan de fisuras en el oficialismo. Fisuras que de extenderse el debate en el tiempo deberían acrecentarse si la desconfianza que campea en la sociedad fruto de la crisis internacional se intensifica debido al anuncio del gobierno y ello se traduce en:
a) mayor presión sobre el dólar, con la consecuente sangría de reservas si el gobierno intenta mantener al tipo de cambio en sus niveles actuales
b) mayores retiros de depósitos en los bancos, que a su vez retroalimentarían la compra de dólares, si la gente interpreta la estatización de las AFJPs como la primera de una serie de medidas confiscatorias (no necesariamente es así, pero tal vez la opinión pública lo interprete de esta forma).

Si ello ocurre, los legisladores, cuya postura está menos basada en sus preferencias ideológicas -salvo escasas excepciones- que en consideraciones acerca de sus perspectivas de carrera política, comenzarán a pensar dos veces si conviene apoyar el proyecto del gobierno y buscarán introducirle modificaciones, algo de lo que ya leemos.

Pero acá enfrentamos un dilema: si el gobierno acepta modificaciones, la estatización fue inútil. La intangibilidad implica que no se podrá disponer de la enorme masa de recursos necesaria para la campaña 2009 (la plata para cumplir con los vencimientos de deuda ya estaba, aunque exigía una excesiva prudencia fiscal). Sin intangibilidad, es decir, sin modificaciones al proyecto, las perspectivas de una aprobación segura pueden tambalear. Las últimas leyes enviadas al Congreso requirieron de modificaciones para ser aprobadas y sin "tocar una coma", como dice Néstor Kirchner (que en esto me hace acordar a Menem), la cosa viene peluda.

¿qué recurso nos queda como whip para los oficialistas dudosos? Jugar al juego de la gallina: esto es, subir la apuesta de modo tal que el costo de no cooperación sea tan alto para ambos actores, que uno opte por cooperar. El ejemplo de este juego es el de dos autos enfrentados y acelerando, y en el que se busca que el contrincante se desvíe (arrugue). Si ninguno arruga, ambos chocan y mueren. Eso es peor a que ambos se desvíen (arruguen). El mejor resultado es dar la suficiente muestra de terquedad o locura de modo de convencer al otro que uno está dispuesto a aguantarse el costo del choque (es decir, presentarse como un insensato). Obviamente que debe ser creíble la amenaza.

Como se aplica esto? Bueno, ya sabemos que durante y después de la 125 los K estuvieron dispuestos a irse (y esto no es chiste ni invento), e hizo falta una dura tarea de persuasión por parte de Juan Carlos "el chueco Mazzón" y de Alberto Fernández para evitar que ello ocurriera. En este caso, luego del circo con el que se presentó la nacionalización del sistema de capitalización, es obvio que no hay vuelta atrás. El rechazo al proyecto es una desautorización que dejaría a Cristina presta a firmar su renuncia. No es terrorismo ni tremendismo, sino una simple especulación basada en el comportamiento pasado de los actores. En consecuencia, amenazar con la caída del gobierno, en el presidencialismo una tragedia como ya sabemos, es una carta que los K estarán dispuestos a jugar -no en público por cierto.

Para los interesados en que ello ocurra, la forma de presionar será muy simple: propagar en la población la idea que esta es la primera de una serie de expropiaciones y que el único refugio seguro es el dólar atesorado en un colchón. Probablemente no haya necesidad de propagar esta idea, ya que está claramente instalada en la sociedad, que recuerda tanto el Bonex 89 como el corralito.

En fin, para los analistas el mes que viene será apasionante, para los ciudadanos dramático.

3 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Ahora, pensando el el peor escenario posible, es decir el de renuncia de la Perra. ¿qué sería del futuro político a largo plazo de la pareja imperial? ¿tendrán chances de regresar diciendo "Nos hicieron un golpe bla bla bla"?
Personalmente pienso que en un país con tan mala memoria eso no es imposible.

Me interesa su opinión.

Saludos!

2:06 p. m.  
Blogger Rufus T. Firefly said...

Entre la salida de Duhalde y la asunción de Nestor no hubo ningún cambio sustancial en las variables económicas o sociales que alterara el escenario de mediano plazo. De hecho, Kirchner era una figura desconocida que había aceptado el "seguro" Lavagna para garantizar estabilidad.
No obstante, los indicadores de confianza en el gobierno y de consumo registran en ese mes un salto superior al 200%.
En ese sentido, creo que en cualquier escenario posible la Argentina tiene un 2009 difícil. La pregunta es ¿las expectativas no serían mejores sin Cristina?

11:36 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Adhiero a loq eu dice rufus. No se si la renuncia de CFK seria el peor escenario. Un bonus sería que se cuando se vaya también se lleve a su Morenito. Ahora bien... ¿se imaginan a Cobos de presi?

1:08 a. m.  

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