sábado, mayo 24, 2008

Analistas y operadores

El mal momento del gobierno ha dado lugar la proliferación de pronósticos apocalípticos por parte de economistas mediáticos. También han circulado varios mails carentes de todo sustento lógico señalando la proximidad de un corralito. Esto da pie para postear sobre un tema que hace rato me viene dando vueltas en la cabeza: el de los especialistas que frecuentemente van a los medias a opinar sober la coyuntura económica o política. Lamentablemente cada día quedan menos analistas serios que expongan los riesgos y oportunidades que presenta la coyuntura política y económica sin buscar algún objetivo político. Gente como Espert, Cachanosky, Aldo Abram, Jorge Ávila constituyen un claro ejemplo de estos analistas-operadores de la derecha que desde hace años vienen pronosticando colapsos que afortunadamente no ocurren y proponiendo soluciones que carecen de todo tipo de seriedad. Algunos les creen y asi les va.

Ciertamente este año no es el paraíso y hay riesgos serios, pero por favor, no les crean nada a los nombrados. Así como mencione a ellos podría recordar el pronóstico de Broda del dólar a 20 pesos en el 2002 o cuando Joaquin Cottani decía en el 2001 que si la Argentina de la mano de Cavallo salía adelante, el crecimiento sería imparable. Cottani, reputado consultor en Wall Street, decía esto cuando ya Cavallo probaba con cuanto golpe de efecto estuviera al alcance de la mano para estirar la vida de la convertibilidad. Hoy, ver a esa misma gente opinando alegremente es un insulto a la inteligencia.

Lamentablemente son menos mediáticos pero son mejores a la hora de analizar y predecir los analistas serios como Federico Muñoz, Miguel Bein, Roberto Frenkel, José María Fanelli, por nombrar algunos. Al escucharlos, sabemos que no están operando a favor de nadie.

2 Comments:

Blogger Aureliano Buendía said...

Un mutuo conocido, politólogo él, hace poco me decía una reflexión inteligente no exactamente sobre este tema, pero en alguna medida vinculada y viene a cuento: Lo que pasa es que el sistema es muy chico, entonces gente que debería estar afuera termina adentro.

Quiere decir: En un sistema más grande, muchos analistas o académicos estarían fuera del sistema político (entendido este término en un sentido muy laxo, claro) y sus opiniones, acertadas o no, no formarían parte del día a día de la política; sino que serían más bien apariciones esporádicas, para retornar pronto a sus tareas habituales. En un sistema más grande, ellos estarían abocados a sus roles específicos (encuestas, análisis, claustros, etc.) pero aquí deben pivotear entre ambos terrenos para poder sobrevivir.

Esta situación, paradójicamente, los expone mucho más al ridículo, lo que significa que ponen en riesgo su credibilidad, que es su principal capital. Aún el operador más incombustible debe intentar conservar un margen de credibilidad, precisamente porque la operación es mucho más poderosa cuando no se nota. Por ese motivo, observamos personajes con fugaces ciclos de auge, caida y desaparición en los medios.

10:43 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Lo creía inteligente hasta que remató el post con eso de que les cree a los analistas "serios"

1:19 a. m.  

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