martes, octubre 21, 2008

Cristina y su insaciable voracidad

El gobierno va a anunciar esta tarde la eliminación del sistema de jubilación privada. Esta medida, bastante controvertida por cierto, me parece un buen motivo para escribir después de un letargo inducido por un malsano exceso de tareas laborales no siempre gratas.

En primer lugar diría que no estoy dogmáticamente a favor ni de un sistema estatal ni de un sistema privado ni tampoco mixto. Parafraseando a Deng, lo importante es que el gato cace ratones sin importar si es blanco o negro. En este caso, que cuando la gente se retire tenga acceso a una jubilación digna. Para eso existen los sistemas jubilatorios. Si no cumplen esa función bastante jodidos estamos.

Una segunda consideración es sobre el sistema de AFJPs. Bastantes críticas se le han hecho y a veces con bastante razón. Una de ellas es que la reforma previsional tuvo como consecuencia una suerte de componente estructural en el gasto del estado que obligó al gobierno a incrementar su endeudamiento en la segunda mitad de los 90, lo cual resultó a la postre en la crisis de 2001. Esto es parcialmente cierto: al realizarse la reforma previsional el estado dejó de percibir los aportes de quienes iban al sistema de capitalización, mientras seguía obligado a realizar erogaciones para quienes estaban ya jubilados, y quienes se jubilaran por el sistema de reparto. Algunos calculan este bache en unos 5.000 millones de peso anuales. El problema se resolvía fácilmente: el estado podía colocar deuda en las AFJPs, y bien que lo hizo. En el 2001 las AFJPs fueron empapeladas con deuda del gobierno. Visto de esta manera, las AFJPs eran un intermediario innecesario: si al final de cuentas el gobierno va a usar el dinero destinado a los jubilados para financiar sus gastos corrientes, ¿para qué un intermediario?

Otra crítica posible al sistema de capitalización es que asume que el desempleo es un fenómento transitorio, lo cual no fue cierto para una porción considerable de la población en los 90. Como sabemos, el estado solucionó este tema con la moratoria previsional aprobada a fines de 2006 e implementada desde entonces. También lo solucionó con la reforma previsional moderada que implementó en 2007 y que le permitió enmascarar una bruta orgía de gasto público dado que gracias a la transferencia de los recursos de las cajas transferidas (aquellas con menos de 20.000 pesos y la de los regímenes especiales) el gobierno pudo mantener la ficción de mantener el superávit primario en más de 3 puntos del producto. De cualquier manera, el problema del empleo no es hoy un desafío para el sistema de capitalización: el desempleo de acuerdo al INDEC es menor al 9% con lo cual, el componente estructural de quienes no pudieron incorporarse en el pasado ya habría sido absorbido por la reforma previsional.

Sin embargo, la cuestión es que me parece que la estatización del sistema privado no obedece ni a sus méritos ni a sus deméritos sino a su oportunidad. Los rescates y estatizaciones del primer mundo debido a los coletazos de la crisis subprime crearon la ventana de oportunidad. Los vencimientos de deuda del año que viene y las elecciones de 2009 crearon la necesidad. Y para los Kirchner está claro que si hay necesidad, entonces hay derecho.

Es que todo el 2008, que culmina con esta brutal medida, puede ser entendido como un desesperado intento del gobierno de hacerse de fondos para la campaña electoral de 2009. La resolución 125 fue eso; los anuncios del pago al Club de París y a los holdouts fueron eso también. La cuestión es sencilla: el año que viene los pagos de deuda se incrementan en 4000 millones de dólares debido a los vencimientos de préstamos garantizados. La Argentina, pese a su superávit fiscal y al hecho de que sus necesidades financieras son razonablemente bajas (veanlo por el ratio que lo vean) no tiene acceso al mercado por causa del INDEC. Frenkel mostró hace ya un tiempo en una columna en la platea de opinión que el costo del financiamiento para el gobierno se separa del resto de los mercados emergentes a partir de la morenización del INDEC. Como para Néstor Y Cristina echar a Moreno y normalizar el INDEC supone un costo político que ellos entienden intolerable, optaron por hacerse de fondos por distintas vías:
1) Aprobaron la 125 pensando que la supersoja era eterna y que así amasarían en 2008 los fondos necesarios para la campaña 2009. El voto de Cobos y la brutal caída de la soja anularon esta posibilidad. De hecho, si el voto de Cobos hubiera sido positivo el gobierno tendría serios motivos de preocupación aparte de los que ya les produce la soja asustando con ir por debajo de los 300 dólares.
2)Sin acceso a los mercados el gobierno debe "raspar la olla" en 2009 y eso supone echar mano a cuanto haya disponible en la Anses, el Banco Nación, el Central, etc. Sin embargo, una soja que se muestra demasiado oscilante y que explica (junto con sus derivados) el 50% de las retenciones, es una amenaza y por eso el gobierno busca recuperar el acceso a los mercados dando señales: a) anunciando el pago cash al Club de París, medida que solo sirve para abaratar el financiamiento de los proyectos faraónicos del gobierno, pero que no restaura el acceso a los mercados; b) jugando fuerte y anunciando la decisión de arreglar con los holdouts y de hacer un canje con los préstamos garantizados, con la zanahoria de fondos frescos por 6 mil millones de dólares. Esta segunda medida, se vio frustrada por causas ajenas al gobierno: antes las condiciones imperantes no es negocio darle a Argentina 6 mil millones de dólares y los holdouts prefieren esperar. Parte de la estrategia para recuperar acceso al mercado y no tener que incurrir en una política fiscal contractiva para sostener la capacidad de pago se evaporan.

Ante esto, alguien en el gobierno recurre a una idea poco original: hacer lo mismo que en 2007 pero a gran escala. En el 2007 el gobierno rehabilitó el sistema público y aparte como señalamos arriba se hizo de algunas cajas propias de regímenes especiales. Aparte, permitió el retorno de quienes querían regresar al estado. Ello permitió la mencionada orgía de gasto que a la postre trajo como consecuencia el desboque inflacionario de 2007 disimulado por alguien que a estas alturas representa un cáncer para la política argentina: Guillermo Moreno. Así que como en 2007 pero con mayor voracidad se echa mano a las AFJPs. Idea poco original: lo hizo De la Rúa, lo hizo Cavallo, lo hizo el propio Kirchner, lo hace Cristina, lo hicieron todos los gobiernos de Perón a la fecha.

Nadie mejor que la propia Cristina para entender lo que vivimos. Torpemente ella aludió al 18 Brumario de Luis Bonaparte de Marx (al que citó en forma incorrecta) diciendo que la historia se repite, la primera vez como tragedia, la segunda como farsa. Y esta farsa continúa...Las nacionalizaciones de los Kirchner son la farsa del período festivo del peronismo (46-49) y si con YPF no se pudieron dar el gusto dado que imposibilitados de hacerlo por si mismos debieron recurrir a un empresario amigo, la nacionalización del sistema previsional, más allá de su justicia o injusticia, su conveniencia o inconveniencia, sus méritos o deméritos, es tan solo la farsa de los ferrocarriles.

Es una medida populista en el más estricto sentido del término y aparte es efectiva. La oposición dice que promete un duro debate. Lo dudo; la clave será el peronismo y de vuelta. En la oposición razones tácticas aconsejan oponerse: saben que esos fondos son la caja electoral del año que viene, pero les costará renunciar a sus posturas históricas. En el peronismo, no hay mucho motivo para rechazar esta medida: es dinero contante y sonante para obras, y las obras generan la felicidad del pueblo y de los políticos que las inauguran.

Sin embargo, sepan los Kirchner que se han decidido a jugar con fuego, ya que, sin necesidad de esta medida, el financiamiento de 2009 estaba cubierto, pero no sea cosa que esta medida sea leida por la sociedad como una señal de voracidad y que quienes hoy tienen dinero en el banco piensen "primero fueron por las AFJP's, pero yo no me preocupé, no era un AFJP. Eso sí, después vendrán por mí y en ese caso más vale colchón conocido que plazo fijo por conocer". La historia económica sabe de profecías autocumplidas, la Argentina también.

La suerte de las AFJP's en cuanto empresas, en cuanto negocio, lo que si me preocupa es que se engrose la cuenta a pagar de las generaciones futuras, y las no tan futuras, también. Esta medida no será gratis. Y teniendo en cuenta que el gobierno que planea ejecutarla no es una adalid de la transparencia, mucho desconfío de lo que suceda con los aportes previsionales en un futuro. En fin...a esta altura no se si hubo un momento en que la Argentina se jodió, pero claramente me doy cuenta que desde que se intervino el INDEC a la fecha Néstor Kirchner ha sido nocivo y continúa empeñado en serlo. Salud!

2 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Che Zabalita, necesito tu asesoramiento. ¿cual es el lugar mas seguro para poner la $$$ que ahorre de ahora en mas? Estaba pensando metermela en el orto, pero por ahi me la encuentran igual.

12:33 a. m.  
Blogger Zabalita said...

Bueno, eso de meterse la plata en el culo te diré que no es original. Aconsejo ver Papillón con Steve McQueen y Dustin Hoffman, una excelente película y con un final liberador y catártico.

9:53 a. m.  

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