Sunday Bloody Sunday

Como casi todo el mundo sabe los domingos son días propensos a la melancolía y la depresión al punto que se ha acuñado la expresión "depresión de domingos". Quien no ha sufrido un domingo por la tarde esa suerte de angustia y bajón pensando en el comienzo de la semana? Y que decir si hace frío, llueve y uno esta solo? No hay remedios que lo curen en esos casos: no dan ganas de leer ni de escuchar música. Uno no sabe que hacerse de su vida: ir a correr genera fiaca (la actividad física sería lo más aconsejable, pero uno siempre rehuye las curas eficaces); alquilar un DVD puede potenciar el bajón estimulando pensamientos más negativos aun; irse al cine es una alternativa, pero de vuelta el pensamiento de "me voy a meter en un cine un domingo a la tarde?" nos tira el plan abajo. Y encima de eso, existe Pink Floyd con discos como Dark Side of the Moon o The Wall, que es lo único que uno quiere oir en esos momentos. Sí Pink Floyd, una banda genial, detestada por los punks cuyo lema era "odio a Pink Floyd", pero que dejó una carrada de discos geniales que cubren una amplia gama de estilos, hasta alcanzar ese sonido definitivo y que no precisamente sube ánimos, pero que invita a la meditación, algunas veces necesaria.



A mí, algunas veces me gustaría hacer como Geldof en la escena de The Wall que posteo. Sí, a veces me siento identificado con esta escena (los que quieran sacar sus conclusiones al respecto háganlo) y creo que si pudiera tirar la TV por la ventana lo haría (el departamento que alquilo actualmente es semi-amoblado y si tiro la TV la dueña no estará muy feliz al respecto calculo). En mi próximo departamento, la TV sí será mía, pero por el bien de mis finanzas creo que cuando me den esos ataques de furia tendré a la mano algún objeto más práctico y menos costoso sobre el cual descargar mis broncas y angustias.