El colmo de la barbarie

El desenfreno kirchnerista no tiene límites. Con la embestida contra Julio Strassera hemos llegado al colmo de la barbarie. Independientemente del obvio beneficio que Clarín y La Nación obtuvieron de la compra de Papel Prensa al Grupo Graiver (que según se puede leer había también comprado Papel Prensa beneficiado por las presiones de López Rega sobre el anterior dueño Julio Civitas), es difícil creer la historia montada por Guillermo Moreno y Beatriz Paglieri. Cómo creer que los artífices de la mentira estadística que desde hace casi cuatro años rige a la Argentina puedan producir un informe con algún atisbo de verdad? El artífice de toda esta historia parece haberse inspirado en los dichos de Goebbels: "miente, miente, que algo queda".

Pero el ataque de la presidenta y su marido (quiénes con 27 años de retraso -enhorabuena que lo hayan hecho- se acordaron de las violaciones a DD.HH. de la Dictadura) al fiscal Strassera es de no creer. En nuestra historia no hay figuras impolutas, huelga decirlo. Dicho esto, los ataques a Strassera son absolutamente injustos para quien tuvo la responsabilidad de conducir el juicio a los jerarcas de la Dictadura. Desde acá, vaya este homenaje a Strassera.