lunes, octubre 30, 2006

La alegría no es sólo misionera, no mi amor!

No puedo ocultar la alegría que me produce el resultado de las elecciones de convencionales de Misiones. Por una vez no se dio el "billetera mata galán" al que estamos acostumbrados en materia electoral. Todas las trapizondas de Rovira y Kirchner fallaron y por una vez pareciera que la gente optó por las instituciones.

Después de haber invertido jugosas sumas para asegurarse un resultado favorable, que por suerte no ocurrió, esta verdadera paliza se me ocurre que es como una sobredosis de mate amargo para Kirchner, Rovira y los Fernández. No se si esta verdadera señal de esperanza se va a repetir en otras provincias, pero como bien dice mi abuela "un garbanzo no hace puchero, pero ayuda al compañero".

Me queda una última reflexión. Una de las prácticas patéticas de Rovira y Kirchner consistió en repartir medias dentaduras postizas durante la campaña. Me pregunto que harán con las mitades restantes: ¿las van a repartir?

martes, octubre 24, 2006

Los lavaderos de autos festejan la lluvia gasolera de Moreno

Los lavaderos de autos están de fiesta!!! Es que el gobierno les va a generar un negoción. En la nueva Argentina de Néstor y Cristina el sheriff devenido en meteorólogo Guillermo Moreno prometió que iba a llover gasoil y que de este modo se superaría la actual escasez de combustible. Y así como la fuerte caída de granizo de un par de meses atrás les permitió a los vendedores de parabrisas obtener una ganancia extraordinaria, lo que será para los lavaderos cuando el gasoil impregne las carrocerías de los autos en las calles de las grandes urbes del país. Esta claro que en el paraíso kirchnerista el sol brilla para todos, lavaderos de autos incluidos.

El tribuno no puede más que festejar la ocurrencia del sheriff. No sólo es un especialista en apretar empresarios y comerciantes, sino que ahora es aprendiz de brujo. Porque convengamos que para que el gasoil salga del cielo y no de una refinería es necesario un conocimiento aunque sea rudimentario de magia negra. O tal vez Moreno haya perfeccionado la fórmula de Juan Baigorri (el ingeniero que decía haber inventado en los años 30 una máquina que hacía llover. Ver http://www.microaxial.com.ar/Especiales.html) y de esta forma consiga que el gasoil, y no yael agua, venga del cielo como el maná bíblico.

domingo, octubre 22, 2006

La calidad de nuestra política

En todos lados se cuecen habas dice un popular refrán. Las malas prácticas, la corrupción y la suciedad que el habitante medio atribuye a la política local no están ausentes en otros países. Es que la política, como solía decir un teórico anglosajón, se trata acerca de "quien obtiene qué". Esto es, el poder político toma decisiones que distribuyen recursos escasos (sea la que sea su naturaleza) y que por ende crean ganadores y perdedores, y francamente, a nadie le gusta perder. El conflicto es algo inherente a la política. De hecho una lectura posible de la historia de la humanidad es justamente la de los sucesivos y variados intentos (no siempre coronados con éxito desde ya) por civilizar el conflicto asociado a la política, tratando de reducir el nivel de violencia física interviniente.

Algunos han sido más exitosos que otros en esta materia. La Argentina, no nos engañemos, no está en el peor de los mundos posibles y de hecho, aunque nos sorprenda, rankea bastante bien en comparación con otros países (basta pensar en como se dirimen las disputas políticas en algunos países de África o de Asia), pero que, seamos justos, tienen un nivel de desarrollo bastante menor. Los hechos de las últimas semanas (y más atrás también), esto es, los incidentes del traslado de los restos de Perón, la violencia en el hospital Francés, la desaparición de López, el uso de fuerzas de choque (como las que comanda el infame Luis D'Elía) para amedrentar a empresas o a opositores indican que estamos yendo por un sendero de mayor violencia. Como decía al principio, la violencia, las malas prácticas, la corrupción no son extrañas a la política en ningún país del mundo. Bismarck, responsable de la creación del estado alemán, decía que la política es como las salchichas; uno no debería preguntar como son por dentro. Cavour no se quedaba atrás y decía que si hubiera por la mitad de las cosas que había hecho por lograr la unidad italiana, en circunstancias normales hubiera ido preso.

Ahora bien, que en todos lados la política esté asociada al conflicto y a prácticas que el promedio de la población consideraría inmorales, no implica que en todos lados esto ocurra con la misma intensidad. Y es por eso que tal vez sería hora que miremos a países, dentro del vecindario regional, en donde, aunque hay corrupción y prácticas deleznables, la política conserva un aura de mayor respetabilidad. Pienso desde ya en Chile, Uruguay y Costa Rica. Independientemente de si son gobernados por la izquierda o la derecha, del tipo de política económica que aplican, sea esta liberal o no; del grado de intervención del estado, etc., lo cierto estos países, aunque hay mucho para decir en cuanto a la calidad de sus prácticas políticas (no es este el espacio para hacerlo, si algún lector lo pide me explayo con gusto) no se obseva el salvajismo y canibalismo que ha exhibido la Argentina en los últimos años, y especialmente en las últimas semanas. Entonces, en vez de mirar al tipo de políticas públicas que aplican, antes que ello hay que mirar a sus prácticas, que son definitivamente mejores que las nuestras. ¡Basta de Quiroz, basta de Tuto Muhammad, basta de Guillermo Moreno, basta de Luis D'Elía! ¡Basta de matonismo e intimidación!

miércoles, octubre 18, 2006

¡Se caldea el ambiente Zabalita eh!

No vale la pena hacer muchos comentarios sobre los disturbios ocurridos durante el traslado de los restos del general. Pero sí conviene enmarcarlos dentro del clima enrarecido que va ganando espacio en la Argentina. Hace un mes que tenemos a López desaparecido y nadie tiene la más remota idea sobre su paradero o las circunstancias de su desaparición. La semana pasada signada por la violencia del Tuta, un barrabrava, pelado y buzardón apañado por el Jefe de Gabinete y su compinche Capaccioli. Y ahora un enfrentamiento a tiros y pedradas digno de otra época. Tanto jodió este gobierno con los 70 (que no se malinterprete esto: el tribuno de la plebe apoya la prisión de los responsables de haber cometido crímenes aberrantes) que ha conseguido una suerte de "regreso de los muertos vivos". Tanto jodió este presidente con el setentismo (aunque fuera solo un extra en aquella época) que hasta ha conseguido revivirlo. Pero ojo! no es lo mismo. Ya decía Marx en el 18 Brumario de Luis Bonaparte que la historia se repite, pero que la segunda vez es sólo una parodia de la primera.

El clima se caldea Zabalita! Nuestro culto a los muertos y a la muerte sigue bien vigente carajo! Sigamos así que tan bien nos ha ido.

martes, octubre 17, 2006

Moreno y el realismo mágico

El sheriff Guillermo Moreno es un digno personaje de la literatura latinoamericana. Casi que lo puedo imaginar en "Conversación en la Catedral" de Vargas Llosa o en "El Señor Presidente" de Asturias. Su más reciente iniciativa para hacernos creer que no hay inflación está de perlas. No contento con manipular el Índice de Precios al Consumidor a través de los acuerdos de precios, Moreno ahora pretende tener su propio IPC porque el actual no le gusta. Es sabido que hace tiempo que el sheriff tiene en la mira al INDEC, encargado de medir la inflación, porque sus técnicos, "esos troskos" (así los llamó Moreno), se niegan a manipular los datos para que Moreno cumpla su sueño de ser el "pibe 9" (9% de inflación, 9% de de desempleo y 9% de crecimiento). ¿Cuál es el próximo paso Moreno? ¿Cambiar la forma de medición de la pobreza, del desempleo, de la desigualdad hasta hacernos creer que Argentina es el paraíso terrenal? Se puede engañar a todos durante algún tiempo, a algunos todo el tiempo, pero no se puede engañar a todos todo el tiempo.

Ojalá sigan existiendo funcionarios como Moreno, ya que eso nos garantiza una futura generación de García Márquez, Carpentier, Vargas Llosa, Asturias...

viernes, octubre 13, 2006

Misiones Importa

Las elecciones para convencionales constituyentes de Misiones se han convertido en un verdadero test de fuerza para el gobierno. La pretensión del gobernador Rovira de modificar la constitución provincial para incluir la posibilidad de reelección indefinida, y así poder aspirar a un nuevo mandato el año que viene ha recibido el respaldo explícito del presidente Kirchner, quien, frente a la candidatura de Monseñor Piña, cabeza de la oposición a la pretensión reeleccionista de Rovira, no ha dudado en enfrentarse con la Iglesia.

Desde parte de la prensa y de la oposición se ha interpretado a la constituyente de Misiones como un globo de ensayo del presidente Kirchner, quien, en caso de ser reelecto el año que viene, buscaría modificar la constitución nacional e instaurar la posibilidad de reelección indefinida, pero a nivel presidencial. El gobierno, sin embargo, ha negado que tenga intenciones de reformar la constitución durante el actual mandato, desmintiendo así las especulaciones lanzadas desde la prensa.

Sea o no Misiones una primera avanzada destinada a sondear el humor colectivo respecto de la reelección indefinida, la constituyente provincial es igualmente una cuestión de suma importancia para la calidad de nuestra democracia. Y es justamente esto lo que está en juego en esta oportunidad: el modelo de democracia al cual aspiramos. Una democracia republicana inspirada en los principios de soberanía del pueblo y división de poderes como la que prescribe nuestra constitución nacional; una democracia que busca combinar el gobierno de mayorías con los derechos de las minorías, cualquiera sean estas; en definitiva una democracia de ciudadanos; o por el contrario una democracia delegativa, donde quien gana una elección se cree con derecho a hacer lo que crea conveniente sin reconocer ningún tipo de límite o restricción más que el que establecen las relaciones de poder; una democracia plebiscitaria que degrada las instituciones republicanas; una democracia de súbditos que se agota en la única instancia de la elección cada dos o cuatro años, pero plena en prácticas autoritarias en el día a día; en fin una democracia que de democracia tiene poco.

Probablemente algunos pensarán que la oposición exagera la importancia de la elección en Misiones considerando que ya otras provincias han adoptado en el pasado la reelección indefinida y que en aquellas oportunidades no se le dedicó la atención que ahora acapara este caso. Es posible. Sin embargo una breve reflexión puede ilustrar hasta que punto el caso misionero excede lo puramente local y afecta a la calidad democrática del resto del país.

Al ser la Argentina una república federal, nuestra ciudadanía puede descomponerse en dos niveles: un nivel nacional y un nivel provincial. Cuando elegimos autoridades, no sólo votamos para Presidente y para legisladores nacionales, sino que también lo hacemos para gobernadores y legisladores provinciales. En nuestra conducta diaria no sólo nos vemos regulados por las normas que aprueba el Congreso nacional, sino que también nos encontramos obligados por las leyes sancionadas por las asambleas provinciales. El encargado de aplicar buena parte de la legislación que nos rige, no es el Poder Judicial a nivel federal, sino la justicia provincial, designada de acuerdo a las reglas que rigen cada uno de los distritos que integran el país. Esta suerte de ciudadanía de dos niveles que poseemos hace que bien podamos tener un mayor nivel de democracia a nivel nacional combinado con menos democracia a nivel local.

Es decir que en nuestro sistema la democracia a nivel nacional puede perfectamente coexistir con crecientes dosis de autoritarismo en otros niveles. ¿Y es que acaso no ha sido así? ¿No fueron Santiago del Estero o Catamarca verdaderos feudos, donde las garantías republicanas y los derechos civiles eran claramente vulnerados hasta que los crímenes horrendos de la Dársena y de María Soledad Morales respectivamente, despertaron a la sociedad civil del letargo y dieron por tierra con el cacicazgo? Si bien la situación de las distintas provincias varía significativamente, y en varios distritos afortunadamente la democracia funciona razonablemente bien al nivel local, no es necesario ser un observador agudo para darse cuenta que el caudillismo de rasgos autoritarios es algo más que el objeto de estudios históricos o una fuente de inspiración para escritores enrolados en el realismo mágico.

Ahora bien, la debilidad democrática a nivel local tranquilamente puede contagiar a la democracia a nivel nacional. ¿Y esto por qué? Muy simple: en la Argentina las gobernaciones provinciales han sido desde el retorno de la democracia la plataforma para la presidencia. A excepción de Alfonsín, todos los jefes de estado que llegaron al poder por la vía del voto eran al momento de ser electos gobernadores (Menem y Kirchner) o en el caso de De la Rúa era Jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires (cargo asimilable al de gobernador). Si incluimos a quienes fueron oportunamente designados por el Congreso para enfrentar la acefalía presidencial, encontramos a otros tres ex gobernadores (Puerta, Rodríguez Saá y Duhalde). En síntesis, de los 8 presidentes que nos han gobernado desde el regreso de la democracia, sólo Raúl Alfonsín y Eduardo Camaño no habían sido previamente gobernadores. Si las gobernaciones han sido un paso cuasi obligado para acceder a la presidencia, las prácticas de los gobernadores importan dado que quien se comporta de manera autoritaria cuando es gobernador probablemente intente hacerlo cuando alcance la presidencia.

Para los habitantes de los grandes centros urbanos, generalmente ubicados en distritos en los que afortunadamente el pluralismo es la regla antes que la excepción, hablar de esta coexistencia de democracia a nivel nacional con prácticas autoritarias a nivel local puede sonar extraña. Y es que la censura, el abuso de autoridad, el nepotismo, aunque no del todo ausentes lamentablemente en los grandes centros urbanos, son más bien moneda corriente en el interior. Sin embargo, cuando elegimos para la presidencia a un gobernador poco afecto a la tolerancia y al pluralismo, estamos importando sus prácticas, que hasta entonces sólo soportaban sus co-provincianos, al nivel nacional.

En este sentido, teniendo en cuenta las prácticas de nuestro presidente durante sus doce años como gobernador de Santa Cruz, ¿es acaso una sorpresa que desde Octubre del año pasado se haya abocado a lisa y llanamente a anular o debilitar cualquier tipo de instancia de control sobre el Poder Ejecutivo? ¿Qué son sino un intento de atrofiar la división de poderes, la reforma del Consejo de la Magistratura, la aprobación de los Superpoderes y la reglamentación de los Decretos de Necesidad y Urgencia? Podríamos extendernos aun más y hacer referencias a los métodos intimidatorios que usa muchas veces el gobierno a través de algunos de sus más deleznables personeros, pero no es el punto en esta ocasión. Y así como decimos esto hoy de Kirchner, también podríamos decirlo de alguno de sus predecesores que también mostraban muy poco afecto por las instituciones democráticas, que construyeron mayorías automáticas en la Corte Suprema y creyeron posible gobernar por decreto y convertir, como también lo pretende el actual gobierno, el Congreso en una oficina de sellos.

Con lo expuesto queda claro que en Misiones se juega mucho más que una reforma constitucional provincial o la posibilidad de darle un gobernador la facultad de presentarse cuantas veces quiera a buscar un nuevo mandato. No, es obvio que lo que está en juego es más importante, es la calidad de la democracia. El tipo de democracia que tengamos a nivel provincial importa, porque son justamente quienes hacen política en las provincias, y particularmente quienes conducen las provincias, quienes después se convierten en los principales aspirantes a la presidencia. Si permitimos que haya prácticas autoritarias en las provincias, no deberá sorprendernos que las mismas dejen de ser una curiosidad local o una mención en alguna página perdida de los medios de circulación nacional y pasen a ser una práctica cotidiana y generalizada, cuando el Legislativo nacional pierda la poca dignidad que aun conserva, cuando la intimidación y el temor le ganen al pluralismo y a la tolerancia, cuando la posibilidad de expresarse sin miedo a la represalia hayan dejado de existir y habitemos una democracia de súbditos antes que en una democracia de ciudadanos.

El frente misionero

Acabo de leer con gran regocijo que el Tribunal Electoral de Misiones avaló las boletas del Frente Unidos por la Dignidad que encabeza el padre Obispo Joaquín Piña (tal era la denominación de la discordia) y que habían sido impugnadas por los cómplices de Rovira. En otro artículo titulado "Misiones Importa", originalmente posteado en www.gd.org.ar y que en instantes agregaré a al tribuno de la plebe, advierto sobre la importancia de esta elección, así que no entraré en este tema sino que aprovecho el affaire que el Tribunal Electoral misionero resolvió hoy para tratar otra cuestión.

Los secuaces de Rovira impugnaron la boleta con el obvio ánimo de complicar las chances electorales del FUD y esto obedece muy probablemente a que las encuestas los están dando perdedores. Aunque no podemos estar seguros de ello, tiene toda la pinta de un manotazo de ahogado. Sin embargo, no debemos analizar el vil intento de Rovira y su banda sólo en perspectiva local. Si por una elección de constituyentes en una provincia pequeña (no digo que no sea importante ya que controlar una provincia siempre sirve) llegan a esto, ¿que harían si las encuestas a nivel nacional mostraran un mayor nivel de competencia el año que viene? Admito que mi pregunta es abstracta dado que nadie hoy está en condiciones de desafiar electoralmente a Kirchner, pero llegado el caso que ello ocurriera (que al menos hubiera posibilidad de una segunda vuelta) considerando el matonismo que caracteriza a muchos de los funcionarios K y las constantes prácticas intimidatorias del gobierno hacia la prensa, el empresariado y demás actores sociales, tengo muchas dudas sobre la clase de acciones en que este gobierno podría incurrir si sintiera una mínima amenaza a sus posibilidades electorales.

miércoles, octubre 11, 2006

Confortablemente adormecidos


Como en tantas otras épocas los argentinos parecemos estar confortablemente adormecidos. El proceso de notable crecimiento económico que vivimos desde que la Argentina comenzó su recuperación en 2003, que tantos efectos positivos ha traido aparejados (caída del desempleo, reducción de la pobreza y la desigualdad) ha venido acompañado de una consecuencia sumamente negativa: prácticamente a nadie le preocupa el carácter autoritario del gobierno. Las encuestas muestran que el presidente goza de un nivel de popularidad poco frecuente para un mandatario que está apunto de entrar en el último año de gestión.

Día a día se suceden en la Argentina hechos de matonismo y patotería protagonizados por funcionarios gubernamentales de primera línea como el Sheriff Guillermo Moreno o el secretario de Habitat Luis D'Elía, por citar algunos, o sus grupos de choque. Los episodios de ayer en el hospital francés muestran que las víctimas del patoterismo gubernamental no son sólo los grandes empresarios, la prensa o los dirigentes de la oposición, sino que también los ciudadanos comunes.

Cuando no son Moreno o D'Elía, es el propio Presidente, quien desde su inefable atril castiga severamente, a veces incluso apelando a mentiras (como hizo con Joaquín Morales Solá) a cualquiera que critique el más mínimo aspecto de su gestión. Lo triste es que el coro de chupamedias que aplauda los filosos comentarios de Kirchner no está restringido a la casa Rosada sino que, lo que es peor, está fuera de la casa Rosada, entre nosotros.

Cualquier encuestador podría mostrarnos como la mayoría de la opinión pública comparte el estilo presidencial (por ahora) y celebra al presidente cuando matonea a las privatizadas, los supermercados, la prensa, a la Iglesia, a Italia, a Uruguay, a Chile (y siguen las firmas...).

Y si bien algunas críticas presidenciales pueden ser acertadas, al final del día, lo que uno percibe es que pensar distinto al gobierno es ser un vendepatria, un partidario de la dictadura, un noventista, parte de la vieja política, de la patria financiera o para hacerlo más simple, de la conspiración sinárquica-judeo-masónica que busca impedir que la Argentina se convierta en el paraíso kirchnerista donde habrá bienestar para todos.

Que Kirchner y los chupamedias matones que lo rodean crean eso no me preocupa. Me preocupa la falta de reacción de la gente que es condescendiente con las prácticas autoritarias y matonas a las que muchas veces apela este gobierno. Lo que es peor, los que hoy callan frente a esas prácticas autoritarias y que no emiten críticas frente al intento gubernamental de anular cualquier instancia de control, no son gente sin formación o cuya única preocupación es la alimentación de su familia. Sería muy imbécil pedirle a quien su preocupación diaria es saber que tendrá algo que comer que se preocupe por la calidad institucional. No! lo triste es que los cómplices silenciosos de hoy son los mismos que en los años 90 se llenaban la boca con la calidad institucional y criticaban acertadamente a Menem por los abusos que hoy le toleran y aplauden a Kirchner.

Junto a ellos está la opinión pública que también se mantiene silenciosa y cómplice. Pero ¿es esto sorprendente? No debería serlo. Es el mismo silencio cómplice que la sociedad tuvo frente a los actos de corrupción del menemismo o frente a las salvajes prácticas de la dictadura. "Roba mais faz" (Roba pero hace) no es un invento del menemismo. Fue el slogan de campaña de un político brasileño en la década del 50 en el siglo XX, pero nosotros parecemos haberlo adoptado como propio. "Con tal que haga, todo bien. Si roba o es autoritario no importa, total hace" parece ser el razonamiento. Es que como en la canción de Pink Floyd a veces me da la impresión que estamos "confortablemente adormecidos".

¿Qué hará falta para que reaccionemos, para que salgamos del letargo, para que aparte de valorar los logros económicos, nos empecemos a preocupar por otros temas no menos importantes y que también hacen a nuestra calidad de vida?
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